Cap. 11 Mi Madre.

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Angel.

Cuando desperté ya la luz del sol entraba por la ventana trate de levantarme sin despertarla, al salir de la habitación ramón caminaba hacia la mía y me vio salir de la habitación de Ada.

-¿que hacías ahí?

-anoche me quede dormido ahí.

-si dormido, Angel por favor es una niña no deberías hacer eso.

-ramón ya te dije que solo me quede dormido con ella no paso nada, aparte yo tengo a Marcel, aun que papa me allá mandado acá para que me olvide de ella no pasará.

-no se porque pero no te creo que solo ayas dormido tu no eres de esos hombres que solo duermen con una mujer.

-no soy haci, pero si no te as dado cuenta ella no es ha mujer es una niña y jamás me fijaría en ella por favor ramón.

-no digas que jamás por que al rato te vas a enamorar de ella.

-claro que no y ya dejame en paz con eso tenemos trabajo hoy.

-si tu tío acaba de llamar no se quiere ya en su casa.

-esta vien vámonos aver que quiere ahora. - dije yo y salimos de la casa está ves si deje a tres de los pistoleros en casa.

Ada.

Cuando desperté el ya no estaba ahí así que me di una larga ducha me vestí y baje en cuanto llegue a la oficina todos comenzaron a preguntarme cosas.

-¿que te paso ayer?

-casi me ahogue.

-que no sabes nadar.

-algo pero me desmaye y cai al agua.

-necesitas tener más cuidado.

-si lo se y Angel.

-ase rato que salieron.

-gracias los veo más tarde. - me despedí y baje a buscar a Maria, cuando entre a la cocina estaba con una chica como de mi edad

-señorita como esta.

-bien Maria pero en que habíamos quedado.?

-en que le diría Ada.

- claro y ¿ella quien es? - pregunte.

-es mi nieta pero ella ya se va.

-por que Maria.

-no le molesta que ella este aquí.

-por supuesto que no, aparte así no estaré tan sola.

-hola soy Daniela.

-mucho gusto yo soy Ada.

-que edad tienes.

-quince casi dieciséis.

-yo igual. - dijo ella muy contenta pero en eso escuche que me buscaban.

-señora no puede pasar haci.

-ya pase Ada donde estas Ada. - era mama yo me puse feliz de verla pero ella no estaba contenta de verme, yo la abraze pero ella me rechazo.

-mama ¿por que haces eso?

-todavía tienes el cinismo de preguntar, tu hermana me hablo y me dijo lo que hiciste.

-¿pero que hice?

—como que que tanto que batalla para que tu padre te dejará venirte y ahora te largas con el primero que se te pone enfrente y lo peor con un loco que anda mal pero no tu nunca piensas en nosotros.

—mama pero las cosas no fueron haci. —pero mama dándome una bofetada tan fuerte que cai al piso y ella solo me dijo.

—y no busques a tu padre que le romperas el corazón al ver en lo que te as convertido y para mi y tu hermana estas muerta. —dijo mi madre saliendo enfurecida de la casa y Angel venía entrando y me vio tirada Ai en el suelo hecha un mar de lágrimas.

—¿que ha pasado aquí?

—nada—dije yo y salí corriendo ah mi habitación.

—Ada espera—alcance a escuchar a Angel que me gritaba pero yo solo seguí.

Angel.

—Maria ¿que paso?

—vino su madre y la trato muy mal.

—¿que pero porque?

—solo le dijo que su hermana le había dicho que se había ido con el primero que se le puso enfrente y que para ella estaba muerta

—que todo eso le dijo y Ada no le explico.

—no por que la señora no la dejo le volteo la cara de una bofetada por eso la señorita estaba en el suelo.

—voy con ella. —dije y subí a buscarla, toque a su puerta y ella no respondió yo la escuche llorar así que abrí la puerta y cuándo ella me vio entrar se me colgó del cuello abrazándome sin dejar de llorar yo no podía rechazarla y tampoco quería hacerlo así que la abrace tratando de calmarla.

—Angel ¿por que mamá me ido esto?

—por culpa de tu hermana por eso ella no le dijo lo que realmente paso Ada ya no llores no me gusta ver a una mujer llorar. —le dije sin dejar de abrazarla y menos verla llorar a ella al verla así me daban unas ganas de no soltarla jamás se veía tan indefensa que yo quería protegerla de todo y de todos.

—recuerda que soy una niña—dijo ella resaltando niña.

—es verdad una niña hermosa pero te vez más hermosa sonriendo o haciendo berrinches ven recuestate.

—no me sueltes, quiero sentir el cariño de alguien aunque lo fincas no me importa. —dijo ella llorando, pero yo no fingía.

—ya tranquilizate.—recostandola en la cama y yo junto con ella ya que no quería que la soltara, nos recortamos y ella quedo muy cerca de mi y yo la pegue más Ami, empecé acercar mis labios a los de ella cuando toque sus labios sentí una energía recorrer todo mi cuerpo haci comenzó nuestro primer beso, yo quería detenerme pero mi cuerpo no, cuando el beso comenzó hacerse más intenso ella fue la que me alejo de ella.

—disculpame por favor no debí hacer eso.—dije y salí apurado de la habitación.

Un Sicario También Ama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora