Cap. 12

387 34 0
                                    

Angel.

Después de lo que había pasado sali de ahí y me sente en el sofá de la sala del tercer piso y ramón llego.

-que paso

-nada por que ya me voy tengo que darme una ducha.

-ya empeso verdad.-dijo ramón y yo no ise caso me fui a mi habitación a darme una ducha después de un rato salí de nuevo y baje ala sala y ahí vi a Ada sentada frente a la piscina con la nieta de Maria y ramón llego.

-es Marcel. Quiere hablar con tigo esta preocupada.

-no puedo estoy ocupado.-dije y salí a donde estaba Ada.

-puedo hablar con tigo.

-claro Angel.

-te veo más tarde Ada. -dijo Daniela y se fue.

-¿como estas?

-no mejor que hace rato.

-disculpa por lo de orita.

-ni te preocupes por eso ya paso.

-no estas molesta.

-no no quiero que por eso tenga que perderte sabes que ustedes son lo único que tengo

-lo se y espero no fallarte

-eso espero yo también.

—por que dices eso

—por que últimamente todos me dan la espalda por eso. —pero ramón llego muy alterado que quería hablar con migo.

—ramón que pasa

—es tu padre. Quisieron matarlo

—¿que cuando?

—hace un rato apenas me hablo Carlos tenemos que irnos ya para aya.

—no puede ser precisamente hoy tenía que pasar eso.

—como que precisamente hoy Angel.

.—le dije a Ada que yo no le daría la espalda como lo está asiendo su familia y ve ahora me tengo que ir.

—ella lo entenderá Angel aparte no creo que la vallas a dejar en la calle o si.

—varo que no ramón ella se na quedar aquí en la casa.

—entonces ve hablar con ella en lo que preparo la camioneta. —dijo ramón y yo camine a donde estaba Ada.

—¿que pasa Angel.?

—es mi padre quisieron matarlo hoy.

—y supongo que te tienes que ir verdad.

—si perdoname Ada tu te vas a quedar aquí en la casa yo te voy a estar mandando dinero con Maria se van a quedar todos los pistoleros solo ramón y yo nos vamos y se van a quedar dos de las camionetas por si algo se te ofrece.

—esta bien Angel y está muy bien que vallas con tu padre tu que si cuentas con el—dijo Ada y salió corriendo de ahí, yo sentía que el alma se me partía en mil pedazos no se ya lo que siento por esa niña pero me tenía que ir haci que lo más rápido que pudimos nos fuimos de ahí.

Un Sicario También Ama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora