Entre dagas 🗡y rosas 🌹

Capitulo XIV - Defender el honor

Adrien abrió los ojos lentamente reconociendo el techo de su habitación, rápidamente Nathalie se puso de pie y se acercó a él.
-¡Adrien! ¿Cómo estás?- preguntó preocupada.
-Nathalie, por favor dime que todo fue un sueño- respondió el rubio.
Las lágrimas de la consejera del rey comenzaron a brotar -Voy a hablar con tu padre, tiene que recapacitar, no puede exponerte así- dijo con la voz quebrada.

Adrien se incorporó sentándose en la orilla de la cama -Es inútil Nathalie, se terminó todo para mí, pues no pienso hacerle daño a mi primo- respondió decidido.

-No digas eso Adrien, eres ágil, he visto tus entrenamientos, quizás si...- pero el principe la interrumpió -Basta Nathalie, no voy a hacerlo, no voy a asesinar a mi propio primo, lo siento- insistió el joven.

Nathalie no pudo contener las lágrimas, sabía que, aunque hablara con Gabriel, no lo podría hacer entrar en razón, al parecer el honor de su apellido le importaba más que la vida de su hijo, y quien sabe qué era lo que planeaba esta vez.

-Déjame hablar con él y si no buscaremos una solución ¿sí?- dijo recomponiéndose.
-Gracias Nathalie- dijo Adrien mientras la mujer se marchaba.

-Adrien, sabes que yo puedo ayudarte, me tienes de tu lado- dijo Plagg tratando de tranquilizar al rubio.
-Necesito buscar a Marinette antes que nada Plagg, le debo una explicación y necesito saber si está bien- respondió el rubio incorporándose, salió de la habitación, caminó por los pasillos del castillo y salió por un pasadizo secreto, montó uno de los caballos blancos y se dirigió al pueblo.

⚔️⚔️⚔️

Los miembros de la resistencia estaban reunidos en la taberna habitual, todos tomaban su bebida en silencio.
-¿Ya nos vas a decir que fue lo que sucedió?- dijo Kim dirigiéndose a Marinette.
-Dale un momento, ¿sí?, está muy nerviosa- respondió Alya enojada.
-No pude hacerlo- dijo la azabache -De verdad lo intenté pero no tuve el valor, no pude hacerle daño a un inocente- dijo
-¿Inocente?, es el hijo del rey- respondió Kim enojado.

-¡Basta!, cálmense todos- vociferó Nino con seriedad -¿Qué te hizo cambiar de opinión?- cuestionó a Marinette.
-Que Adrien no es malvado como su padre, él es distinto, nos apresuramos a juzgarlo- insistió.

-Quizás es cierto lo que dicen y el principe es tan guapo que todas las doncellas caen hechizadas ante sus encantos y eso le pasó a Marinette- dijo Rosita.

-No, no, hablo en serio, si es verdad, Adrien es mu guapo, pero más allá de cómo luce, de ser un principe, tiene un gran corazón- insistió.
-No cabe duda que te has vuelto loca Marinette - dijo Nino -¿Te imaginas si hubieran descubierto que llevabas una daga?, te arriesgaste demasiado- la regañó.

Marinette rodó los ojos, no sabía ni por dónde comenzar a explicar lo que sentía por Adrien, sin que creyeran que había perdido la cabeza.

De pronto y azotando la puerta, entró Pierre.

-No van a creer lo que acaba de suceder en el palacio,  sírvanme un par de tarros de vino que hay que celebrar- dijo con el tono despreocupado que lo caracterizaba.

Marinette se puso de pie enojada y le dio una bofetada.
Todos murmuraron sorprendidos.
-¡El rey casi me atrapa y tú no hiciste nada!- le reclamó enojada.

-Sabes que no podía hacer nada panadera, tu sola te metiste en problemas al coquetear con el principe en lugar de hacer lo que tenías que hacer- le reclamó el caballero.
-¡Basta!- dijo Nino enojado -Pelear entre nosotros no nos va a llevar a ningún lugar- añadió.

-En fin, en un par de días, y si tenemos suerte, ya no nos preocuparemos por el principe, la familia real terminaran destruyéndose entre ellos mismos- respondió el caballero.
-¿De qué demonios hablas?- lo cuestionó Marinette.