5. Batido de fresa y nata.

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Lena se recostó sobre la cómoda silla de la terraza de mi habitación.

- ¿Así que aún no tienes clara la universidad a la que ir? - Me preguntó mientras se tapaba las piernas con una manta.

- Mi padre y yo estamos mirando varias opciones. - Le expliqué. - Mi padre tiene la opción de hacerlo a distancia, pero no se, no me convence.

- Uf, yo estoy harta. - Admitió, Lena.- Yo este año he empezado en una a distancia y ya estoy deseando dejarlo. Pero aún tienes mucho tiempo, no te agobies.

Las dos soltamos una risa tonta.

- Yo tuve varias discusiones con mi padre sobre el tema. Pero lo dos coincidimos en una, Harvard.

Lena se incorporó un poco y abrió la boca.

- Dios, Maya. Eso es una maldita pasada. Es la mejor universidad del mundo.

- Tampoco es para tanto. - Dije con pudor- Pero tiene un buen plan de estudios y una gran reputación.

Lena se recostó de nuevo contra el respaldo aún con la boca abierta.

- No te olvides de invitarme algún día.

- No está nada decidido, pero si finalmente voy, lo haré. - Respondí sonriéndola.

La rubia miró la pantalla de su teléfono móvil.

- Son ya las seis, ¿vamos yendo? - Preguntó.

Yo asentí y bajamos las escaleras hacia el coche de Lena.
Estábamos a finales de octubre, y ya empezaba a hacer algo más de frío así que habíamos quedado en ir al centro comercial para renovar un poco el armario. Mi madre insistió en venir para asesorarme con las prendas, menos mal que conseguí convencerla para que nos dejase solas.

- ¿Segura que puedes? - Pregunté nerviosa viendo como mi amiga maniobraba.

- Segurísima, lo aprendí en la autoescuela.

Llevábamos cinco minutos intentando que Lena aparcara el vehículo en el estacionamiento del centro comercial. Varios conductores de los alrededores y transeúntes nos miraban con preocupación.

- Lena, el muro. - Advertí intentando no ponerla más nerviosa.

- Lo veo, esta todo bajo control. - Dijo moviendo el volante hacia la derecha.

- Estaría bien que utilizases este espejo de aquí. - Aconseje señalando el espejo retrovisor izquierdo.

- Pero si si que lo utilizo. - Se quejó.

- No te he visto echarle ni un vistazo.

Lena me echo una mirada de reproche y continúo por dos minutos más girando el volante.

- Perfecto. - Finalizó diciendo y poniendo el freno de mano.

- Genial. - Agregue suspirando.

Al salir del coche, vi que Lena había aparcado sobre las líneas que delimitaban el parking. Decidí no decirle nada cuando vi que ella comenzó a caminar contenta hacia el interior del centro comercial.

Estuvimos varias horas entrando y saliendo de las tiendas, cargándonos las manos de bolsas y otras las enviamos a domicilio a nuestras casas. Salir con Lena era un descontrol pero me encantaba. Durante este mes se había convertido en una más de la familia, Lena y yo pasábamos los días juntas y no paraba de repetirme que algo bueno había conseguido sacar de todo esto, una amiga de verdad.

- He avisado a Theo y Jake para que vengan a tomar algo donde la bolera. - Me avisó cuando ya habíamos dejado las bolsas en el maletero. - También invite a Lauren y Jacob pero al parecer tienen planes de pareja. Cosas que a mi no me pasan. - Dijo con cara de fastidio.

Entrelazados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora