7. Al agua patos

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Me puse de pie y dejé la bandana que me rodeaba la cabeza sobre la silla. Desabroché mis botas y caminé hasta el bordillo de la piscina. Noté el césped entre los dedos de mis pies y respiré el profundo olor a cloro. La cabeza seguía en plena centrifugación y la vista se me nublaba.
Jake estaba tras de mi y lo notaba tambalearse un poco.

- Oye, si no quieres no te obligo, eh. - Me dijo mientras seguía ingiriendo alcohol.

- Estoy segura, créeme.

Y en ese momento creía que lo estaba pero la realidad era muy diferente.
Mire el agua, que ondeaba dentro de la piscina, las tonalidades cambiaban de forma multicolor gracias a las luces que había debajo del agua.

- ¡EH!

El grito de Caleb me hizo girarme de golpe. Lo vi en una ventana en la parte de arriba, Lena estaba tras él.

Grité eufórica y me dejé caer hacia atrás tapándome la nariz.

Volví a notar el agua alrededor de mi cuerpo, fría. Tal y como aquella vez en la piscina del colegio en el que casi me ahogo por inspirar, pero esta vez no respiré; contuve el aire dentro de mi, notaba como mi corazón latía con fuerza y escuchaba el ruido distorsionado de la fiesta. Sentía el agua y la oscuridad, por el impulso llegue a tocar con mis pies el fondo. Me movía inútilmente en el agua, agitaba los brazos y las piernas desbocada, mi mente comenzó a colapsar y el miedo junto al estrés se apoderaron de mí. Chillé debajo del agua, agotando así el oxígeno que me quedaba, intenté controlarme, pero sólo conseguí tragar agua, todo se me nublaba y cada vez me costaba más seguir moviéndome. En el momento en el que escuché las voces y el sonido del impacto del agua creí, ya en mi inconsciencia, que se trataba de un disparo. Pero cuando note unas manos agarrándome el abdomen supe que estaba confundida. Inspiré muy fuerte y abrí los ojos de golpe. Vi a Sean en frente de mí, él también respiraba con fuerza mientras me seguía sujetando.

- ¿Puedes alejarte del peligro tan solo por unos días? - Me dijo.

- Claro que si mi capitán. - Imité un tono militar y me burlé de él.

Él negó con la cabeza y me soltó de golpe haciendo que me volviera a sumergir en el agua. Patalee nerviosa y estiré la mano agarrando el bajo de su camiseta para acercarme a él y salir de nuevo a la superficie.

- ¡¿Que haces, imbécil?! Casi me matas. - Le grité tosiendo un poco e intentándome apartar el pelo que tenía pegado en la cara.

Él me sonrió fugazmente pero volvió a su habitual tono frío cuando miró a nuestro alrededor.
Yo lo imité y vi que a un lado de la piscina se encontraban su grupo de amigos, con Lena y Jake incluidos, además de otra gente que le gustaba el cotilleo.
Él me acerco hasta el bordillo y me elevó agarrándome de la cintura para sentarme fuera. Sean, después, hizo fuerza con sus brazos para salir del agua.

- Necesitas unas clases de natación. - Me dijo a forma de despedida. - Y dejar de beber.

Él se fue y un murmullo se formó en el jardín.
Los brazos de Lena me rodearon con una toalla y yo me quedé ahí, tiritando, vestida de pirata y con el corazón a mil.

La conocida de Lena nos dejo subir a la planta superior para poder secarme mejor. Pero no pasaron ni cinco minutos cuando Sean apareció por la puerta.

- Toma, ponte esto. - Dijo él dándome una sudadera con cremallera que por el tamaño era suya. - Os llevo a casa. - Terminó diciendo. 

Ni Lena ni yo pusimos ni un pero. Nos levantamos y le seguimos escaleras abajo. Todo el mundo se nos quedaba mirando mientras ambos íbamos empapando el suelo y Lena me sujetaba la sudadera por encima del cuerpo.

Entrelazados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora