Capítulo 25: Te amo

849 61 21
                                    


— ¿Se puede saber por qué carajo tuve que pagar por cuatro cajas de pizza, Amity? —a Boscha le habían prometido una cena, eso era lo que quería y defendería hasta morir. Atacó a su socia y a Luz apenas las vio salir de la cocina— ¿Qué pasó con el aroma exquisito que salía de la cocina? ¿Qué pasó con los mariscos que vi que estabas usando? ¡¿Qué putas pasó con mi cena?! —les reprochó con mala cara.

Amity giró los ojos mientras tiraba de la mano de Luz— Cálmate, Boscha. La comida se quemó, es todo —le informó a todos.

— A mí dame una buena pizza con mucha grasa y delicioso queso y haces mi noche —opinó Hunter, que aún seguía muy relajado en el sillón.

— Cállate idiota —el horno no estaba para bollos.

— Puedo… puedo… —Luz se quería soltar de su novia para volver a la cocina— Puedo intentar hacer algo con la comida que queda —ofreció.

Amity no aflojó el agarre sino que tiró más fuerte, haciendo que Luz se acercara a ella.

— Tú no vas a cocinar nada. Boscha es una caprichosa que no entiende cuando se le dice que no —la cena no iba por buen lado.

— Cierra tu boca, marroncita idiota —a Luz no le gustó nada eso e intentó caminar hacia Boscha, pero nuevamente Amity la frenaba— Tú no tienes derecho a decirme malcriada a mi, cuando hace dos segundos llorabas porque la rarita prefiere este buen par de tetas a tu enorme culo —acompañó su argumento con gestos.

— La cola de Amity es perfecta —Luz habló, sonrojándose cuando el chico que estaba al lado de Boscha la inspeccionó.

— Y tus tetas no están nada mal —opinó el tatuador.

— ¡¿Cuándo vas a cerrar tu sucia boca, Freddy Krueger?! —le reprochó Boscha.

— No le hables así a Hunter —advirtió Willow.

Amity estaba a punto de estallar, su cabeza no podía aguantar una discusión más entre estas tres personas, y de hecho, hubiera salido a frenarlos con uno de sus gritos de alto si la cara de su novia no le hubiera llamado la atención. Con los brazos en su espalda y balanceándose en sus talones miraba a Boscha con su cabeza torcida y su típica cara de idea.

— Lú...—Amity quería saber qué le llamaba la atención.

La morena volteó a verla rápidamente, respondiendo al llamado— Perdón...es que... es que...—se golpeó la frente con su palma, reprochándose su actitud. Después de la “charla” en la cocina, Luz se prometió no dejar que su novia se sintiera dejada de lado por ella.

Amity se le acercó y sacó la mano de su frente— No te golpees —acarició la zona y dejó un pequeño beso sobre el lugar— Me gusta esa cara, tu cara de idea —confesó.

— ¿Mi...mi...yo tengo una...mi cara de idea? —preguntó curiosa y torciendo su cabeza.

Amity sonrió— Sí, esa que pones cuando piensas en alguno de tus dibujos o tatuajes —le aclaró, recibiendo una profunda mirada por su parte.

— ¿Cómo lo supiste? —Luz la examinó tratando de buscarle secuelas de algún súper poder— ¿Tienes poderes? —le preguntó con total seriedad.

Amity soltó una carcajada y la rodeó con sus brazos— El único poder que tengo es el de conquistar a morenas tiernas como tú que me derriten con cada una de sus caras —le dijo besando su cuello y soltando varios resoplidos para hacerla reír.

Luz se escondió en el cuello contrario para aguantarse la risa— No... no hagas eso —le pidió.

— Entonces dime en qué pensabas —amenazó con sus dedos en las costillas de la castaña.

No soy para ti | LumityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora