Capítulo 26: ¡Ding!

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Departamento de Luz

Subía las escaleras del edificio rumbo a su hogar, escalón por escalón, totalmente agotada y cabizbaja. Desde que dejó la cama de Amity su día solo fue a peor. Agitaba su cabeza resignada, nunca tuvo que haberse levantado de la cama, simplemente tuvo que haberse dedicado a besar muchas veces más a Amity, a acariciarla, a mirarla, a hacerle el amor de vuelta, a bañarse con ella, a hacerle el amor en la ducha. Tuvo que haber desayunado con ella, y ¿por qué no? a hacerle el amor una vez más, pero esta vez sobre el desayunador. Tuvo que aprovechar cada momento en el que estaba junto a ella, después de todo, no sabía cuánto tiempo Amity la querría a su lado.

Suspiró resignada por haber tomado una mala decisión. En vez de quedarse en la cama como se lo pidió su novia, tuvo que ir al estudio a trabajar. Pero no fue el trabajo lo que la cansó, al contrario, el tatuaje que tenía para hacer era una de sus técnicas actuales preferidas.

Tuvo que hacer un hermoso tatuaje mecánico, de esos que parece que si se abre la piel abajo hay un robot. Lo hizo en el brazo de un simpático chico que estaba tan contento con el resultado del dibujo que Luz no se fue del estudio hasta que consiguió otra cita para dentro de dos meses. Le tatuaría su pecho.

Lo que la cansó y sacó de quicio fueron sus empleados.

Primero, tuvo que discutir nuevamente con Matt porque no respetó el deseo de una clienta y cambió el diseño del tatuaje sin consultarle. Cuando la mujer vio su tatuaje puso el grito en el cielo y con un llanto desconsolado comenzó a pelear con el tatuador y a decirle todo tipo de cosas. Todo terminó cuando Luz salió de su oficina y logró calmar a la clienta, diciéndole que ella podía arreglar el diseño o en todo caso hacerle uno nuevo como quisiera y, por supuesto, todo gratis. Obviamente La mujer salió del local con una sonrisa de oreja a oreja, no todos los días alguien consigue un tatuaje de Luzu gratis y sin esperar.

Después de que echó por vigésimo cuarta vez a Matt del local, se tuvo que encargar del lió que Hunter estaba haciendo con sus citas. Esa mañana lo tuvo que sacar a rastras de la cama de Willow para que se dignara a trabajar, pero Hunter tenía semejante resaca que suspendió todos los tatuajes que tenía para esa tarde, lo cual no hubiera sido problema si los tatuajes que suspendió no hubiesen sido los mismos que había suspendido el día anterior para irse temprano al departamento de la azabache. Las quejas de los clientes se sintieron sin parar y nuevamente Luz tuvo que arreglarlo, prometiendo tatuajes hechos por ella misma y sin cargo alguno mientras mandaba a Hunter a su casa inmediatamente.

Y eso no era todo.

Apenas terminó de solucionar esos problemas, tuvo que encargarse de una inconsolable Anne, que lloraba en el baño haciendo uso de todas sus cuerdas vocales y de toda su reserva de lágrimas. Al parecer la chica tuvo una gran pelea con su novia, y esta pelea la dejó en un estado tal que había destrozado prácticamente un hermoso tatuaje de un colibrí en el tobillo de una chica. Cuando la morena examinó el tatuaje de la ofuscada clienta, se dio cuenta que no solo el dibujo estaba mal ubicado, sino que una de las alitas del ave salía prácticamente de su cabeza y las patas estaban dibujadas tan juntas que parecía que el colibrí tuviera una sola. Luz tuvo que pedirle a Viney que apretara sus horarios del día siguiente y ubicara a la joven entre ellos para que le pudiera arreglar el tatuaje.

Cuando le faltaban dos pisos por subir respiró hondo nuevamente, pensando en su abultada agenda. Se sentía más decepcionada que nunca por sus dos amigos, y a medida que subía las escaleras se sentía más cansada que nunca. Para colmo, aún le quedaban las entrevistas para elegir a sus nuevos compañeros de piso. Su psicóloga le había dicho que no era necesario que volviera a buscar si no quería, pero también le había mencionado que conocer gente extraña le haría bien para su relación con Amity y eso la convenció en segundos.

No soy para ti | LumityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora