Capítulo 35: ¿El último reto?

564 48 49
                                    

En algún centro de estética de Los Ángeles

—¿Pueden creerlo? ¿pueden creerlo? —Amity repetía la misma pregunta una y otra vez, tratando de llamar la atención de alguna de las mujeres que estaban junto a ella— ¿Pueden creerlo? —esta vez lo repitió con un tono burlesco.

Tenía su cabeza empapelada de aluminio y varios focos encima de color rojo que emitían calor. En sus manos sostenía una revista cuyas hojas estaban sufriendo su furia porque las pasaba de un lado al otro sin importarle su contenido y mucho menos si su mano se quedaba con una página suelta. Odalia estaba a su lado con la revista People en sus manos y tenía su cabeza de la misma manera que su hija, la mujer no parecía prestarle atención a sus quejas, por el contrario, estaba muy entretenida leyendo una polémica entre dos cantantes latinos y la esposa de uno de ellos. Del otro lado de Amity estaba Boscha, también las acompañaba en la fila de lámparas de calor. Sin embargo, al contrario de las otras dos mujeres, Boscha solo tenía algunos mechones de pelo envueltos en aluminio y no estaba disfrutando de ningún chisme, en una de sus manos tenía el contrato de compra y venta de la parte que pensaban adueñarse de Miller & Co y en la otra sostenía un resaltador amarillo con el que subrayaba las partes más interesantes de lo que leía. Estaba repasando punto por punto el escrito para que nada se les pasara por alto.

—¡Aaaagh! —Amity ahogó su grito de furia en la revista que traía en sus manos cuando la llevó a su rostro, acto que para nada le movió ni un pelo a las dos personas que estaban a sus costados, pero sí lo hizo en Willow, la cual estaba frente a ella dejándose esculpir las uñas por una jovencita que estaba concentrada en dejarle un lindo diseño de última moda sin que su tarea se viera afectada por lo que hablaba el resto de las mujeres presentes, lo que le era prácticamente imposible.

—Mity... —intentó hablar, pero Amity la interrumpió sacando la revista de su rostro.

—¡Es que ni yo misma puedo creerlo! —sacudió la pobre revista con fuerza— Mi novia, la mujer que amo, la mujer con la cual voy a tener un hijo…

—¡Alabado sea el señor! —por un segundo Odalia dejó de mirar la revista para hacer una plegaria hacia el cielo.

— …la mujer que me hace el amor de una manera increíble… —siguió hablando.

—¡Alabado sea el rarón! —esta vez fue Boscha la que dejó el contrato para elevar una oración por el miembro de Luz.

—…la mujer que me hace el ser más feliz de este planeta logra que la deteste con tres estúpidas palabras… "es mi amiga"…"es mi amiga".

—Amity —Willow le reprochó—, tú no detestas a Luci Lu.

—No, no la detesto —le dio la razón—, la amo con todo lo que pensé que nunca podría llegar amar a alguien —afirmó—. Pero me desespera. Luz Clawthorne me saca de quicio… ¡Aaaagh! —ahogó otro grito en la revista.

—No le hagas caso, Lowi —se metió Boscha— Amity solo está celosa porque alguien quiere quitarle su rarón y llenarlo de diamantes —opinó— cosa que yo no haría, a mí me gusta así, en bruto, con todo su monstruoso tamaño resplandeciendo —agregó.

—Boscha… —Amity había hecho un rollo con su revista— Primero que nada, no estoy celosa y segundo, a ti no tiene porqué gustarte algo que no has visto y que no te pertenece, ¿de acuerdo? —su voz no temblaba.

Boscha soltó una carcajada seca y corta mientras pasaba la página del contrato.

—Por favor, no sigas mintiendo que por más que trates tu nariz no va a ser más grande que el pene de tu novia —la chica que le limaba las uñas a Willow le perdió un poco la forma circular a la uña del dedo gordo cuando escuchó el comentario— No estás celosa, estás extremadamente celosa. Y no lo he visto en vivo y en directo, pero con lo poco que he visto ya alcanza bastante para imaginarlo y soñarlo todas las noches —no había más que maldad en sus palabras.

No soy para ti | LumityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora