Capítulo 31: Una llega y la otra se va

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Un mes después

Departamento de Amity, sábado en la noche

—¿Entonces hoy no sales con Adrián? —Willow cuestionaba a Boscha mientras ambas llegaban al departamento con comida para cenar, dispuestas a unirse a Amity en una relajada velada de amigas.

Boscha agitó su cabeza y trato de calmar su respiración cuando vio la enorme sonrisa de Willow por su respuesta.

—Dijimos que hoy es noche de chicas, ¿o no? Tengo ganas de estar con mis dos mejores amigas, charlar sobre moda, comer y ver películas —le aseguró— Además, Graye está de viaje —Mintió.

Él no estaba de viaje, pero Boscha se ocupó de que el chico entendiera que ahora estaba demasiado ocupada como para cumplir con sus deberes de novia. Realmente estaba tratando en recomponer su relación con Willow, pero por supuesto que eso no fue lo que le dijo a Graye. Sus excusas variaban entre dolores de cabeza hasta ciclos menstruales, el caso es que siempre "sucedía" algo que se interponía en sus juntadas.

Desde su enfrentamiento con Hunter, Boscha se prometió que no sería nunca más la causa de las lágrimas de Willow y que, por el contrario, trabajaría duro para que ella se convirtiera en la misma felicidad andante que solía ser antes de que tanto Hunter como ella misma le hicieran daño. Pero para todo eso, se tenía que sacar a Graye de encima, y de hecho lo hacía, lo hacía con mentiras diferentes que se le estaban agotando por cada día que pasaba lejos de él. Al principio pensó que se estaba metiendo en un lío terrible, el chico estaba prácticamente a un llamado de distancia de su madre, pero el primer viernes en la noche que sintió a Willow llegar a su dormitorio con la excusa de no poder dormir para después abrazarse a ella, pensó que todo valdría la pena.

Y esa noche no sería la excepción, había esquivado la invitación de su novio para algún evento social poco interesante, y si tenía suerte, podría tener a Willow acurrucada en sus brazos nuevamente como ya casi todas las noches que ambas se quedaban mirando la televisión, charlando o simplemente observando la gran vista que les ofrecía el ventanal del departamento.

—Me encanta ese plan, Boshi —le dijo Willow mientras dejaba un beso en su mejilla, haciéndola sonrojar.

—¿Tienes tu llave? —preguntó— Aún tenemos que sacar al idiota de Gavin del departamento.

El muchacho se pasaba casi todos los fines de semana revoloteando alrededor de Amity y también tratando de que alguno de sus métodos de apareamiento, muy precarios si le preguntan a Boscha, funcionen.

Willow alzó su mano, mostrando la pequeña llavecita dorada entre sus dedos que colgaba de un llavero enorme de cerdito rosado que le regaló Boscha en alguna ocasión. Colocó la llave correspondiente en la cerradura para luego empujar la gran puerta.

—¡Ami! ¡noche de chicas! ¡trajimos comida, tu prefe...! —Boscha no alcanzó a terminar la oración como tampoco alcanzaron a llegar a la sala porque tuvieron que frenarse ante la imagen de su amiga recostada en el sillón blanco con Gavin encima de ella. Ambos tenían la ropa puesta, pero por las manos del muchacho, la cosa parecía ir más allá.

Boscha se anticipó a todo y enfrentó a Gavin.

—¿Qué demonios crees que estás haciendo?

—¿Qué piensas que estoy tratando de hacer, Boscha? —contestó el chico, parándose del sillón de muy mala gana.

Boscha miró a una sonrojada Amity, la cual esquivaba las miradas de ambas chicas mientras se alejaba de Gavin, acomodándose la ropa.

—¿En serio, Amity? ¿en serio? ¿Cuál es tu problema? ¿piensas que vas a cambiar a la rarita por este estúpido? ¿de verdad? —indagó.

No soy para ti | LumityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora