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Era de noche, las hermanas ya estaba vestidas y maquilladas, estaban hermosas por cierto, fueron en taxi hasta la fiesta y ahí se encontraron con Evelyn, se saludaron y fueron las tres juntas a la zona VIP.

Estaban sentadas en un sofá de terciopelo rojo, un chico alto pelirrojo se acercó a Evelyn y la invitó a bailar, ella aceptó encantada, un chico moreno se acercó a Hailey y le invitó un trago, también aceptó, ahora Heather estaba sentada sola mirando a todos lados sin saber que hacer, fue hacia la barra y le pidió un shot de vodka -A la mierda- susurró y de un tirón se tomó el shot, su garganta quemaba al sentir el vodka pasar por esta, miró hacia un costado y vio a Bill, sintió que necesitaba hablar con él y se acercó lentamente, se quedó parada frente a él mientras una chica bastante linda se acercaba para invitarle un trago, vio como Bill negaba con la cabeza y sonrío levemente, siguió acercándose y se sentó a su lado.

-Bill...- la música estaba fuerte y este no pudo escucharla -¡Carajo Bill!- el nombrado la miró a los ojos -No me grites así- la pelinegra rodó los ojos divertida -Quiero hablar- Bill elevó un ceja y lamió sus labios -¿Aquí?- Heather asintió -Mejor vamos al baño- la alemana se encogió de hombros y lo siguió hasta el baño, por suerte no había nadie. -Bill, voy a hacer esto rápido. Me gustas, me encantas, sos el chico más lindo en todos los sentidos que yo eh conocido, no hay nadie mejor que tu y me encantas, odio que mi madre te odie, quiero ser tuya y de nadie más, poder besar tus labios y ver tus ojos más de cerca, quiero ser yo la que te maquille, pinte las uñas y peine. ¡Quiero ser yo la única chica que mires! No se que mierda me hiciste Bill, pero estoy enamorada y mi corazón siempre que está contigo se derrite cada vez más- el pelinegro sonreía al escuchar a la chica diciendo eso, sus mejillas estaban levemente rosadas, abrió la boca para contestar -Mierda Bill, ¡Bésame!- la pelinegra tomó el rostro de Bill entre sus manos y se besaron apasionadamente, sus labios encajaban a la perfección como si se besaran todos los días, como si sus labios se conocieran de toda la vida. El beso era tierno y lindo, le gustaba y siempre que estaba cerca de Bill sentía como sus problemas se iban y sus cicatrices se curaban, él estaba dibujando estrellas al rededor de sus cicatrices.

-Heather, te amo- susurró el pelinegro mirándola a los ojos con la respiración un poco agitada -Yo también Bill, más que a nada- volvieron a unir sus labios en un beso, Bill tomaba la cintura de la chica mientras que ella enredaba sus brazos al rededor de su cuello, Heather agarró la mano de Bill y la bajó lentamente para que tocara su trasero, la pelinegra sintió como Bill sonreía en medio del beso -Aquí no- susurró Bill aún sin separarse totalmente de la pelinegra, ella lo miró triste pero entendió y lo abrazó. -¿Quieres salir?- Heather asintió y salieron juntos.

Fueron hacia un parque que estaba a un par de metros de la fiesta, se recostaron en el césped a ver las estrellas -¿Te gustan las estrellas?- preguntó Bill sin sacar su vista del cielo -Son lindas, ¿Y a ti?- Bill sonrío y la miró de reojo para luego volver su mirada al cielo -Me encantan, mira esa de allí, brilla mucho, ¿no crees?- Heather río y lo miró -Tienes razón- se quedaron mirando el cielo por unos cuantos minutos -¿Cuál es tu favorita?- preguntó Bill interrumpiendo el silencio, la pelinegra lo miró y presenció el perfecto perfil que él tenía -Mi estrella favorita es la que estoy viendo ahora mismo, es simplemente perfecta- Bill elevó una ceja -¿Cuál?- preguntó sin darse cuenta de la indirecta que había dicho Heather -Esa de allí- disimuló la pelinegra apuntando a una estrella cualquiera -Es linda-.

(. . .)

Habían pasado tres días desde el encuentro con Bill, su hermana Hailey lo sabía, la pelinegra volvió demasiado feliz y obviamente tuvo que contarle todo por obligación.

-¿Te verás con Bill?- preguntó curiosa Hailey al verla tan arreglada a su hermana mayor -¡Si!- respondió emocionada, Hailey nunca la había visto tan feliz y menos por un chico.

Heather estaba parada en la puerta de la casa del pelinegro, vio como Tom abría la puerta -No tenemos dinero- habló mientras bostezaba y cerraba la puerta, Heather puso el pie en medio de esta y lo miró enojada -No soy una indigente, déjame pasar idiota- Tom rodó los ojos -Pues vístete mejor la próxima, ¿Sabes? Oh y mándale un beso a tu hermanita de mi parte- la pelinegra hizo una mueca de asco -Eres repugnante Tom- este no dijo nada y subió las escaleras delante de Heather, ella vio como entraba a su cuarto, rodó los ojos con asco y se dirigió a la puerta de Bill, abrió esta lentamente y lo vio, estaba dormido, sonrío al verlo así y se acercó lentamente, besó su frente, su nariz, sus mejillas, su mentón y por último sus labios -Bill, llegué- abrió los ojos lentamente y la miró, una sonrisa se formó en su rostro -Me dormí, lo siento- la abrazó por la cintura y la tiró encima de él, la abrazó con fuerza y ella respondió ante el abrazo llenándole de besos su cabeza -¿Quieres maquillarme?- Heather asintió emocionada, se levantó de la cama y Bill se sentó en una silla que estaba frente su tocador y un gran espejo, Heather comenzó a maquillarlo y peinarlo, pintó sus uñas y en una de ellas le agregó una H con un corazón al lado, Bill sonrío al ver el gesto de la chica -Me quedaron, preciosas- habló mientras miraba sus uñas -Lo sé, soy la mejor en esto- río tímidamente y los dos se miraron a los ojos, Heather desvió su mirada a los labios del chico, él se puso nervios, la chica se sentó encima de él mientras lo miraba a los ojos, ella puso las manos de su chico al rededor de su cintura, con sus brazos enrolló el cuello de este y comenzaron a besarse apasionadamente, ella encima de él hacía círculos en su entre pierna. Jadeos salían de la boca del pelinegro, un ruido fuerte los asustó haciendo que se separen del beso -Mamá no estaría orgullosa de esto- habló Tom mientras se cruzaba de brazos y los miraba -Cállate que tu te coges a una distinta todos los días- habló Heather y rodó los ojos -A tu hermana me cojo- la pelinegra rodó los ojos y salió de encima del chico -Tom, cierra la puta boca, ¿Quieres?- este rodó los ojos y cerró la puerta del cuarto fuertemente -Es un idiota- la pelinegra miró a su chico -Lo es- los dos rieron juntos y se recostaron en la cama, charlaron un largo rato y se hicieron mimos el uno al otro.

In the rain - Bill KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora