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23 de Octubre del 2013

Por mala suerte de Heather, Hailey y Nathan se habían puesto en pareja, ella seguía con Bill y estaba bastante bien se podría decir, las discusiones se volvían cada vez más fuertes y el sexo ya no era algo muy presente en su relación, pero se amaban y eso se notaba, se amaban a pesar de todo y siempre seguirían amándose.

La pareja se encontraba descansando en la cama de la pelinegra, ambos miraban hacia el techo, había mucha tensión, Heather escuchó como un suspiro salía de los labios de su chico -Oye- habló este interrumpiendo el silencio -Dime- los dos se miraron a los ojos con notable preocupación y tristeza, su relación no estaba yendo de lo mejor y eso les asustaba, les asustaba el hecho de separarse de la persona que más amaban en este mundo -Tenemos que hablar- el cuerpo de la chica se tensó completamente, la voz de Bill había salido tan seria y a la vez se notaba la tristeza en sus palabras -Hemos discutido mucho últimamente, ya no tenemos relaciones, nuestros besos ya no son como antes y ya no nos tocamos como antes, dime Heather ¿Qué nos está pasando?- la nombrada se encogió de hombros y respiró profundo -No lo sé Bill, yo te amo y mucho, eres mi completa felicidad, el miedo de perderte inunda mi cuerpo y mente, no quiero estar lejos de ti, te necesito- Bill sonrío ante las palabras de su chica, se acercó y dejó un beso en sus labios -Yo también te necesito, te quiero conmigo y para siempre, para toda la eternidad- los dos se sonrieron y volvieron a unir sus labios en un beso dulce y largo, se amaban, se amaban más que a nada pero a veces las relaciones de largo tiempo se desmoronan y no por la falta de amor, sexo, palabras lindas y cariño, muchas veces se desmoronan por razones y cosas que ni la pareja sabe, eso le estaba pasando a ellos, se amaban con el alma pero su relación se desmoronaba cada vez más sin razones.

Era de noche, la pareja cenaba tranquilamente mientras miraban la televisión, estaban solos en casa.

-Bill- lo llamó la pelinegra, este se giró y la miró con atención para que siguiera hablando -Te amo, me duele mucho que nuestra relación esté de esta manera, el miedo me consume todos los días, el miedo, el miedo de perder a la persona que amo y quiero que pase el resto de mis días junto a mí, te amo Bill, eres mi estrella, mi estrella cantante- este sonrío al escuchar las palabras de su novia, se acercó y la besó apasionadamente, la subió encima de su regazo -Te amo más que a nadie Heather, eres la chica más linda que yo eh visto en toda mi vida. También me duele lo que está pasando con nuestra relación pero no quiero alejarme de ti, no puedo- los besos siguieron, los toqueteos se sumaron y luego la ropa desapareció.

Tom llegó a la casa, entró y vio como Heather salía detrás de él saludando a Bill con una sonrisa luego de darle besos por toda la cara.

-Bill- lo llamó este al ver como Heather abandonaba la casa -Los eh notado muy raro, no sé como podría explicarlo pero, no los veo tan cariñosos como antes y muchas veces los eh escuchado discutiendo en tu cuarto, ¿Está todo bien?- Bill negó -No lo sé Tom, es raro, la amo y mucho, pero ya no es lo mismo de antes y no sé que hacer- el de trenzas suspiró y se acercó a su hermano -Pídele un tiempo, es lo mejor que se me ocurre- Bill negó rápidamente -¿Estás loco? No puedo estar sin ella, no voy a pedirle un tiempo- el mayor suspiró y se encogió de hombros, le dio una última mirada a su hermano y subió las escaleras con dirección a su cuarto.

*BILL*

Me encontraba sentado en mi cama, lágrimas desesperadas salían por mis ojos, quería que la relación con mi chica vuelva a lo que era antes, todo de un momento a otro se había convertido en blanco y negro. La amaba más que a nada en este mundo y pensar en tomarme un tiempo con ella me dolía, me dolía en lo más profundo de mi alma y en lo más presente de mi corazón.

Yo era su estrella cantante y siempre sería así, su estrella no podía dejarla, no podía, su estrella la amaba más que a nada en este mundo.

Si yo le pedía un tiempo sería como perder el mundo entero, porque ella era mi mundo, ella era mi mundo entero y yo era su estrella.

*HEATHER* (Les recomiendo leer con cardigan de Taylor Swift de fondo)

Me encontraba en mi cuarto recostada encima de las sábanas.

El puto sentimiento de que tendría que dejar a Bill me consumía por dentro, lo amaba más que a nada en este mundo, el era mi estrella, mi estrella de pelos locos, me hacía reír, me excitaba, me enamoraba con cada palabra y toque, me hacía sentir cosas que nunca nadie me hacía sentir, él estaba dibujando estrellas en mis cicatrices

Pero lentamente salía sangre de estas...

Odiaba estar lejos de él, al menos por una hora, lo detestaba, necesitaba de él en cada momento y se que eso se llama dependencia y eso no está bueno pero yo no estaba consciente de eso, lo amaba muchísimo y no quería dejarlo, pero algo dentro de mí sabía que era lo mejor, pero ahora no lo dejaría y se que él tampoco lo haría. Decidí seguir con él a ver si algo cambiaba.

Los días, semanas, meses pasaban lentamente y yo seguía con él, lo amaba demasiado y no quería perderlo pero... Cuando estás tanto tiempo con alguien piensas que tal vez probar algo nuevo estaría mejor, pero no le haría sufrir, nunca lo haría.

*NARRADOR OMNISCENTE*

Estaban los dos juntos en el jardín de la casa del pelinegro, abrazados, sintiendo sus corazones latir al unísono aún sabiendo que tal vez eso se acabara pronto, se amaban y eso nunca cambiaría o eso creían.

Unieron sus labios en un beso dulce y tierno, fue largo así que por la falta de aire tuvieron que separarse por un milisegundo y seguir el beso, la luz de la luna iluminaba sus rostros, era una linda escena hasta que lágrimas empezaron a salir por los ojos de ambos.

-No quiero estar sin ti- murmuró el pelinegro tomando el angelical rostro de la pelinegra -Yo tampoco quiero y no vamos a estar sin el otro, lo prometo, nuestra relación mejorará, no quiero estar sin mi estrella de pelos locos- ambos rieron ante el ápodo que utilizó la chica, ambos se miraban fijos a los ojos y otra vez unieron sus labios en un cálido beso, las lágrimas aún salían por los ojos de ambos, no iban a separarse, pero, la tristeza de que su relación de ocho años se esté desvaneciendo los consumía y necesitaban llorar, necesitaban llorar mientras se besaban a la luz de la luna y el viento secaba las lágrimas que caían por sus ojos.

In the rain - Bill KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora