Capítulo final.

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Rea se fue y me dejó a cargo, Salí de a central de medicina con todos los ojos puestos en mí, cuando vi la luz del sol lo llamé.

—Belfegor, ven, tu líder te llama.

Solo pasaron unos segundos hasta que la dirreción del aire cambió y a la lejos pude ver una figura gigante volar.

Lider, lider, lider.

Hogar, hogar, hogar.

El gran dragón llegó ante dónovan, aterrizó destruyendo todo a su alrededor, corrí a acariciarlo.

—Estás hecho un anciano.

Y tú una debil.

Benfegor era blanco y sus ojos morados al igual que yo, su fuego era verde y su porte era intimidante, tenia 200 años de edad, fue quien entrenó junto a mi en las tinieblas, un lugar mas peligroso que la muerte en si.

La gente en Dónovan comenzó a correr con desesperación sin importarle los heridos, a mi tampoco me importaban, ellos masacraron durante años a los mios.

A donde.

—A matar al rey.

Fui puesta en altura y sonreí al sentir el viento golpear mi rostro con fuerza, me afirmé de las escamas de Belfegor y llegamos solo en unos segundos, de nuevo aterrizó destruyéndolo todo, abrió el techo con su gran pata y yo entré por ahí.

—¿Dónde esta el rey? —Le pregunté a la reina, quien intentaba correr.

—¡Ayúdenme!

—¡¿Dónde está el rey?!

—¡En su habitación!

No hizo falta que llegara hasta ahí, pues él mismo vino donde mí, cuando me vio a mi gritó, pero cuando vio a Belfegor estuvo apunto de desmayarse.

—He venido a matarte—Confesé—. Has matado a mi gente durante años y transformaste a humanos con la sangre de Samy, no mereces el perdón de mi madre, mereces el odio. Tu cabeza estará encima de la montaña durante toda la eternidad, mis hermanos podrán saber que se hizo venganza.

—¡No-no! ¡No-no por favor! ¡Scarlett soy tu rey!

Saqué mi espada y me acerqué a él.

—Arrodillate.

Él se arrodilló ante mi haciendome sonreir.

—No es solo por mi gente, también por Isaac y a todos los niños a quienes hiciste sufrir.

—¡Nooo! ¡Ayuda! ¡Ayuda!

Intentó escapar y lo detuve con una mano en su hombro, tenia tanta fuerza que fue suficiente para que se quedara en un lugar, el miedo lo paralizó, él podía sentir que estaba frente algo sobrenatural.

—Y esto, es porque tocaste a la persona que amo, nadie lastima a Ryan, nadie toca a mi coronel.

Entonces corté su cabeza.

—¡Noooo! ¡Padre!

Su cabeza rodó hasta aterrizar en unos pies, seguí la vista, un chico rubio me miraba aterrorizado.

—Scar... scarlett que has echo...

—Henry, lo siento yo...

No pidas disculpas y vámonos.

—Era mi padre

—Y el asesino de miles de los mios.

—¿De qué estas hablando? ¿y por qué estás vestida así? ¡¿Y por qué hay un dragon?!

Solo por esta nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora