Capítulo once.

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El lunes tuvimos entrenamientos generales. El coronel Ryan nos tuvo todo el día entrenando. Me di cuenta que estaba un poco al nivel del otro, pero me faltaba experiencia. Ellos sabían mucho más.

Así que el martes lo aproveché. Fui hacia la biblioteca donde estaban los libros. El mayor Bryan Soto era el encargado del entrenamiento estratégico, así que nos trajo a mí, Henry y Jason a leer libros sobre los residuos.

Sujeté el primero: "Los residuos "

Residuos. Todo lo que sabemos y lo que nos hace falta saber.

Al comienzo de la guerra, los residuos tenían una forma determinada. Sus ojos demasiado juntos, no tenían ni nariz ni boca, por lo tanto, se creía que respiraban por otro lado. Miden dos metros y todos son anchos. Sus pies tienen solo tres dedos, y aunque hemos atrapados varios, nunca se puede ver su cuerpo. Los cubre un traje negro, que se creyó que esa era su piel. No tienen brazos, cuando dejan de aparecer como arena y muestran su cuerpo real se pueden ver que ahí son dos espadas igual a la de un soldado. No podemos investigar mucho sobre su cuerpo, desaparecer a los días después.

Cuando la tropa de la libertad a cargo del coronel Ryan Stone comenzó a ir más allá de lo que normalmente iban. Tuvimos nueva información.

Los residuos son arenas, su cuerpo se puede convertir en arena y camuflarse con el suelo. Solo cuando están a punto de pelear aparecen en su cuerpo de verdad. Cuando es la única oportunidad de matarlos. Su corazón esta en el brazo derecho, y es del porte de una almendra. Es café y no tiene nada conectado a ellos. No tienen ni nariz ni boca y siguen siendo horribles.

Los residuos han asesinado a miles de nosotros durante los últimos trescientos años. Los muros nos protegen, y hay que agradecer que el general Gusday nos mantuvo con vida hasta llegar al presente.

Los residuos no hablan, no se comunican entre ellos y pareciera que no son buenos para pelear, que no están entrenados. Pero debido a su fuerza sobrenatural y su sed de sangre, pueden acabar con nosotros de inmediato.

Por esa razón tenemos que acabar con ellos, antes que ellos acaben con nosotros".

Cerré el libro procesando toda la información que acababa de leer.

—¿Aun no saben cómo respiran? —preguntó Henry.

—No—Contestó el mayor Bryan—. Cuando recogimos sus cuerpos, solo tenemos tres días para investigarlos, después se convierten en arena.

—Eso es... no tengo palabras—Dijo Jason.

—Hay cosas que solo se pueden saber de los residuos cuando los ves. Por ejemplo, en ningún libro esta escrito que ellos se comunican.

—¿Cómo? No tienen bocas—Dije yo.

—Por eso la tropa no ha dicho nada. Porque no sabemos como pasó, pero lo hicieron.

—No entiendo.

—La ultima salida fue la mas extraña de todas. Allá fuera, no hay nada mas que desierto, no importa cuando años estemos cruzando, nunca se acaba. Solo hace un año, pudimos ver más allá un lugar lleno de rocas. Incluso un soldado llegó hasta ahí—Agachó su cabeza—. Su cuerpo fue lanzado hasta nosotros, estaba agonizando y aun así él habló y dijo "personas" nunca entendimos por qué y no pudimos procesarlo cuando de las arenas aparecieron más de veinte residuos. Como leyeron, es malditamente difícil poder matarlos, primero peleas con la arena, y de ellas salen espadas.

—Tiene que ser horrible estar en una situación así—Susurró Henry.

—Lo es, ningún libro te prepara para lo que es. Esos dos residuos que vieron no eran absolutamente nada comparado con ellos. Eran mucho más pequeño y débiles.

Solo por esta nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora