Capítulo 17: Recuerdos

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Unos días después, en pleno mediodía del miércoles, tal como le dijo a Taehyung, estaba sentado escribiendo el archivo del caso de Jung en su casa. Mientras que el alfa se empeñaba a reposar, ya había escrito la mitad del informe con una sola mano en su teléfono y pasarlo a su correo.

Desde que pidió tiempo a su jefe, lo uso a su favor para cuidar a su alfa. Por si fuera poco, recibía sus llamadas por algunos documentos faltantes que solo él tenía acceso, trabajos extras de otros archivos, datos por confirmar, fotos que agregar, nombres de los testigos y creación del informe de sus sospechosos le tenía agotado.

Se levantó de su asiento, salió de la habitación que compartía con Taehyung y fue hacia la cocina a hacerse una taza de té. Respiró con tranquilidad por saber que le faltaba dos carpetas más por revisar y terminaba el documento que entregarían a Namjoon. Sin embargo, su mente estaba en otros lares.

Estar desconectado de su labor era una sensación nueva, se sentía relajado y podía decir que por primera vez en su vida, después de estar solo sin su madre, estaba pensando en tener un lazo y formar una familia con el castaño. Sabía que este día llegaría, ya que en su vida adolescente y universitaria siempre tenía la sutil compañía del alfa.

En algunas oportunidades de cortejo, recordó que se presentaban alfas, betas u omegas para la iniciación, pero terminaba rechazándolas a cada una. No sentía atracción, interés o se veía un futuro con ellos. Probó salir con omegas, algunas querían su amistad, otras ligar y las pocas que si querían una relación, no se llegaba a nada.

Desde esa vez, no lo intentó más y cuando terminó la universidad, le miró de reojo a Taehyung, ¿de verdad había encontrado y estado con su compañero durante toda su vida?, porque vamos, desde que eran adolescentes, con el alfa se había dado besos de diferentes tipos y de varias intensidades, en otras ocasiones pasaron sus celos e incluso, cuando empezaron a trabajar juntos, comenzó a molestarlo con los apodos cariñosos como si fuera común entre ellos hacer esa clase de bromas, para solo tener como respuesta su rostro sonrojado.

El petizo sonrió por recordarlo. Se sentó en el sofá, dio un sorbo a su té y estando con sus sentimientos a flote, estaba feliz por el paso que estaba dando con Taehyung. Sin darle muchas vueltas, desbloqueó su móvil, marcó al castaño y esperó unos minutos.

¿Sí, bonito?

—¿Dónde estás?

—Salí un rato, te comentaré a donde fui cuando este cerca de casa, ¿sí?

—Alfa...

—Hermoso, llegaré en diez minutos —dijo en voz baja y coqueta. —, prometo que te lo diré, decírtelo aquí no sería apropiado y menos si estoy lejos de ti.

—Está bien, ¿compraste los ingredientes para el almuerzo?

—Sí, estoy a dos cuadras, bonito.

—Te espero. —colgó la llamada.

Jimin miró a su alrededor, se levantó del sofá y empezó a limpiar, ordenar y organizar algunas partes de los rincones de la casa que estaban fuera de su sitio. Cuando terminó, caminó hacia al baño, se quitó todas sus prendas y las dejó en el cesto de ropa.

Abrió el grifo, entró al aseo y el agua caliente empezó a expandirse poco a poco en su anatomía. Soltó un breve suspiro. Siguió dejando que el agua recorriera en cada parte de su ser. Necesitaba ese confort y breve descanso de tanto trabajo.

Agarró el jabón, colocó y acarició cada parte de su cuerpo. Unos minutos después, se quitó lo que tenía, cerró el grifo y salió de la ducha. Tomó su toalla, se lio en su cintura y se miró al espejo. Los mechones mojados de su cabello que le alcanzó el agua, comenzaron a deslizarse por su rostro, se secó y prosiguió a mirar su delgado, leve marcado y cuidado abdomen.

A escondidas • 𝐕𝐌𝐈𝐍 🖋 || EN EDICIÓN ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora