Capítulo 6: Casos conectados

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Después de haber pasado por el departamento de Jimin, cambiar sus ropas del trabajo a unos cómodos y verificar todo lo que requería la búsqueda, irían a desayunar para empezar sus actividades.

—Vamos, alfa.

Él asintió. Salieron de la vivienda, ayudó a su colega a cargar los materiales en el coche, se subieron a ella cada uno por su lado y salieron en marcha al restaurante Hana. Para Taehyung era un lugar perfecto para comenzar el cortejo discreto hacia Jimin, ya que en esa zona fue el inicio de todas sus travesías antes y después de la universidad.

Al llegar, estacionó cerca del local, salieron del coche y entraron al restaurante. Enseguida, pidieron una mesa y el mozo de turno les guio a una que tenía vista al exterior.

—¿Qué les sirvo, caballeros?

—Dos platos de bibimbap*, por favor.

El chico anotó el pedido, hizo una pequeña reverencia y se retiró de la vista de ambos alfas.

—¿Has dormido bien?

—Sí, pero debemos empezar a buscar a Jung, alfa.

—Lo haremos, tranquilo, ¿sí?

—No puedo estar tranquilo porque nos hemos quedado dormidos en la oficina por los expedientes y se nos pasó ver las cámaras de seguridad de la zona, alfa.

—Bueno, esto no nos pasaría si nos hubiéramos ido al departamento, bonito —musitó con voz cariñosa e íntima. —. Recuerda que descansar es importante también.

—Lamento no haberte dicho nada, alfa —susurró, dándole un abrazo reconfortante y mirarlo con timidez. —. Es que estaba tan concentrado en las pruebas, escenas y coincidencias, que terminé en mi quinto sueño de belleza.

—No te disculpes, sabes que siempre tienes un hombro por donde puedes apoyarte —dijo, tomando su mano y besar su mejilla. —. En lo que respecta de las cámaras, he visto la furgoneta de Jung estacionar cerca de las montañas Austen, investigué el lugar un poco más y hay un pequeño pueblo.

Al decir aquello, el rubio buscó las fotos de la escena, los colocó sobre la mesa y empezó a ver cada foto. Agarró una lupa para ampliar la escena, observó al cómplice vestido de negro y abrir la parte trasera del coche. En ella se podía ver la placa y pequeñas cajas, que describía tal cual el expediente. Pasó a la siguiente foto, haciendo el mismo procedimiento y dándose cuenta de que a lo lejos estaba Kang, ¿qué hacía escondido ahí?

—Algo me dice que has encontrado algo, ¿no?

—Esa noche Jung no estaba del todo solo, Tae —confesó. —. Estaba nuestro sospechoso también.

—¿Cómo dices?

—Míralo tú mismo —dijo, pasando la foto y lupa al castaño. —. Por cierto, los números de la placa están borrosas, pero he conseguido la mitad de ella.

Antes de contestar, su celular comenzó a sonar.

—Adelante, puedes atender, alfa.

Él asintió. Agarró su móvil, miró la notificación y era el «Agente Yeonjun» que estaba llamando. Tocó el botón «atender», acomodó el objeto en su oído de mala gana y escuchar los ronroneos suaves que soltaba su colega por estar a lado suyo.

—Aquí, agente Kim.

Buenos días, Kim, ¿están con ocupaciones?

—No, jefe, estamos esperando nuestro desayuno y después nos ocuparemos con el caso.

Buen provecho. Antes que empiecen, necesito hablar con ustedes.

—Claro, ¿de qué se trata?

A escondidas • 𝐕𝐌𝐈𝐍 🖋 || EN EDICIÓN ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora