Capitulo 04

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—Vanessa está aquí, te espera en el jardín, dónde se toma el té —dice mi padre apenas llegó al final de las escaleras.

Bufo molesto.

—Discúlpate con ella por dejarla sola anoche —vuelve a hablar, recordándome lo de anoche.

Paso por su lado y voy a la puerta que da al jardín. Camino por este, hay algunas flores muertas, otras no, pero la mayoría de las flores de este jardín están muertas. Quien cuidaba de ellas era mi madre.

A lo lejos veo a Vanessa de espalda, sentada en una de las sillas que se encuentran ahí.

— Mi padre me ha dicho que estabas aquí- hablo, pega un pequeño salto, al parecer se asustó.

—No te senti llegar —dice con una mano en su pecho, muy dramático a mí parecer —me has asustado.

Me siento frente a ella.

—Bien, ¿a qué has venido? —voy directo — según se lo de la boda ya está listo.

—Si —dice bajando la mirada —mi padre me dijo que teníamos que convivir, si seremos esposos, tenemos que comunicarnos bien.

Me acomode en mi lugar y la miré directamente.

—Dejaré algunas cosas en claro -me miró atenta —para mí esto es una completa farsa, después de casarnos, serás como una más del montón. No te involucraras en mi vida, ni yo en la tuya y por último te pediré que después de casarnos no quiero ver a tu padre en mi reino.

Me miró con ojos llorosos. Me importaba poco si la hice sentir mal, si le dolieron mis palabras.

—¿Tienes algo que agregar? —

—¿Por qué eres cruel? —susurro -yo no te he hecho nada.

Pero tu padre sí

—No es por el echo de que me hayas echo algo, así soy yo y nadie va a cambiarme — mentí, sabía perfectamente que alguien ya lo estaba haciendo y sinceramente me daba miedo.

Me levanté de la silla dispuesto a caminar, pero la mano de Vannesa me detuvo, está sostenía mi brazo. Quite de golpe mi mano de su agarre.

—No me vuelvas a tocar —la mire amenazante, me miró con miedo. —no eres nadie para tocarme de tal forma — dije con enojo.

—Lo siento, Leonard —

—Rey leonard —corregí — aún cuando sea tu esposo me llamaras Alteza, ¿Entendido? — asintió.

—Rey leonard —corregí — aún cuando sea tu esposo me llamaras Alteza, ¿Entendido? — asintió

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El Corazón Del Rey [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora