Aviso: Está historia está en edición, por lo tanto está sujeta a modificaciones.
Las huellas de un pasado doloroso persiguen al rey Leonard de Forest.
La muerte, pesadillas, traumas y una guerra constante en su interior.
Recorreremos los pasillos de...
⚠️ Advierto que esté es un capítulo explícito y tiene contenido sexual ⚠️
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5 de marzo - año 738
Baje del caballo y lo amarre a un árbol cercano.
Camine hasta Elyan, quien estaba en la orilla del lago, remojando sus pien en el agua cristalina, gira su cabeza y sonríe al verme.
—Leonard — se levanta y corre hacia mí.
Lo recibo en mi brazos y sonrió. Levanta su vista y me mira durante unos segundos. Sus ojos cafés oscuros me hipnotizan, lo han echo desde la primera vez que los mire.
—Hola — lo saludo después de un tiempo viendolo.
Nos sentamos a la orilla del lago, acaricio su mejilla con mi mano y cierra sus ojos. Me acerco a su rostro y rozo mis labios con loa suyos. Abre los ojos y me mira a los míos.
—¿puedo? — pregunto sobre sus labios, asiente y lo beso.
Muevo mis labios sobre lao suyos lento y suave. Me separó lentamente de él.
Me gusta como me siento a su lado y cuando estoy cerca de él.
—te quiero — dice y no se que decir. Mi cuerpo se tensa y solo lo miro por unos segundos.
Me acerco nuevamente a su rostro y beso sus labios, para que no se sienta mal por no recibir una respuesta mía ante sus palabras.
Comenzamos una plática amena, en un momento de juego comienzo a hacerle cosquillas y termino encima de él. Detengo mis movimientos y lo miro a los ojos, después mi vista viaja a sus labios y no me resisto, beso sus labios y el corresponde.
El beso está vez es profundo y más intenso. Me separó de él mordiendo su labio y suelta un gemido. Sonrió ante lo que escuche. Las mejillas de Elyan se tiñen de rojo.
Tapa su rostro con sus manos y trata de alejarse de mí.
— te a gustado — afirmó viendolo con intensidad, meto mi rodilla entre sus piernas y hago presión hacia arriba, él gime —¿te gusta esto? — vuelvo hacer la misma acción.
—Detente — trata de sonar firme, pero se escucha más como un gemido.
—¿Quieres que me detenga? — pregunto y meto mi mano por adentro de su camisa. Acaricio su piel pálida, beso su cuello y tiembla abajo de mí. — ¿seguro que deseas que pare? — pregunto nuevamente y vuelvo a hacer presión en su entrepierna.
—N-no — dice —no —gime. Mi cuerpo reacciona ante aquello y un bulto empieza a formarse cada vez más en mis pantalones.
Llevo una mano a su pantalón y trato de quitarle el broche, pero Elyan me detiene.