Aviso: Está historia está en edición, por lo tanto está sujeta a modificaciones.
Las huellas de un pasado doloroso persiguen al rey Leonard de Forest.
La muerte, pesadillas, traumas y una guerra constante en su interior.
Recorreremos los pasillos de...
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Ambos ya nos encontramos listos, me he puesto unos pantalones negros, una camisa blanca, elegante. He peinado mi cabello perfectamente hacia atrás.
Vanessa se coloco un vestido elegante, color azul, no muy exagerado, me gusta.
Ambos salimos de la habitación, caminamos por el pasillo en total silencio y al llegar a las escaleras, le ofresco mi mano, la toma y me sonríe.
Ambos bajamos lentamente, al llegar al último escalón un guardia se nos acerca.
—Majestad, los guíare al salón principal — asiento y camina, nosotros vamos atrás de él.
Nos detuviemos frente a unas grandes puertas. Los dos guardias que escoltan la puerta, las abren y todos los que ya están en el salón nos miran ahora a nosotros.
Caminamos hasta adentrarnos en el salón, todos nos miran a ambos, hay algunos murmullos.
Nunca he ido a algún evento de otros reinos, quizas esa sea la razón por la que todos aquí están sorprendidos.
Todos al mismo tiempo hacen una reverencia, casi perfecta.
Vanessa y yo caminamos por entre ellos con lentitud, me gusta tener la atención de todos, pero muchas veces me asfixia y me molesta de sobre manera sus miradas curiosas.
El centro del salón está libre, hay mesas al rededor de este, estás están forradas por unos manteles.
—Majestad — se acerca a nosotros la princesa Naia, hace una reverencia. —Al fin el momento de la celebración a llegado — dice con una sonrisa de felicidad.
—Todo se ve sumamente hermoso — alaga Vanessa.
—Gracias Vanessa, cada detalle quedó como lo imaginé — sonríe y me mira — ¿A usted que le parece, majestad?
Mire a mi al rededor por un segundo y pose mi vista sobre ella.
—Todo está muy bien — respondo en tono neutro.
Sonríe
—Acompañeme, ambos se sentaran en nuestra mesa — camina y Vanesa y yo la seguimos, caminamos hasta una de las mesa que está cerca del centro del salón.
Tomo lugar y Vanessa junto a mí.
—En un momento estarán aquí mis padres y mi hermano — informa— quiero presentarselos, majestad — me dice.
—Esperaré — respondo con simpleza.
—Si me disculpa iré a recibir a los demás invitados — hace una reverencia y se marcha.
—relájate y disfruta de la melodía — me dice Vanessa al ver mi cara de aburrimiento y irritación.
—Me estoy arrepintiendo de aver venido — digo fastidiado.