-¡Elyan! - desperté de golpe gritando aquel nombre. Me senté en la cama de un salto.
Lleve mi mano a mi pecho y mire a mi alrededor, me encontraba en mi habitación.
Sentía una presión en mi pecho, me sentía vacío... Otra vez.
La puerta de mi habitación es abierta de golpe y por esta entra... Mi padre. Me mira con preocupación acercándose a mí.
- ¿Te encuentras bien, hijo? - se sienta a un lado mío y asiento.
- s-si, solo fue una pesadilla - digo y el suspira
Levanta su mano y cierro mis ojos por reflejo. Pero ni un golpe llega a mí, en su lugar siento una acaricia en mi mejilla.
- ¿Tan fea fue la pesadilla? - pregunta y siento que quita una lágrima de mi rostro algo - estabas llorando.
- s-si - susurro - fue... Horrible...
Miro mi mano por un tiempo hasta que escucho nuevamente la voz de mi padre.
- mi pequeño - pronuncia y me abraza.
Me siento extraño, más lágrimas salen de mis ojos y llevo mis manos temblorosas por detrás de su espalda y lo abrazo también.
En mi otra vida, papá no era así...
Abrace a mi padre con fuerza y me desate llorando como un niño el cual le han quitado su juguete favorito. Él abrazaba sin preguntar nada, simplemente estaba ahí... Estaba ahí para mí.
Baje las escaleras y camine hasta el comedor. Traía puesto una camisa blanca de mangas y botones, y unos pantalones negros.Mi padre y... Hermana, hablaban felices. Cada uno estaba sentado en su lugar. Me senté en silencio y ambos me miraron, me sentí algo incómodo por sus miradas, pero no lo exprese.
- buenos días, hermanito - saluda en tono alegre mi hermana, rubí.
- buenso días - le dedicó una sonrisa pequeña.
- Damien, le decía a tu hermana que hoy irás a a la empresa con nosotros - frunzo el ceño y lo miro - quita esa cara, se que no te gusta, pero serás el próximo dueño y tienes que ir...
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El Corazón Del Rey [Editando]
FantasyAviso: Está historia está en edición, por lo tanto está sujeta a modificaciones. Las huellas de un pasado doloroso persiguen al rey Leonard de Forest. La muerte, pesadillas, traumas y una guerra constante en su interior. Recorreremos los pasillos de...