Capitulo 06

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Llegamos a cantrick, el viaje casi duro dos días

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Llegamos a cantrick, el viaje casi duro dos días.

Nos hospedamos en una vivienda no tan lejos de la mansión del vizconde Miller. Me encontraba sentado en la cama. Había sido un viaje agotador, descansar definitivamente no podría.

Decidimos que iríamos a darle aquella visita al vizconde Miller mañana por la mañana.

Mi padre se encontraba en otra habitación.

Me levanté y fuí hasta la ventana, ví que estaba maneciendo, ¿Que si dormí? Definitivamente no, no pude, no quise.

Camine hasta el cuarto de baño, me desvesti y me asie, cambie mi ropa, tome mí espada y salí de la habitación.

Mi padre ya se encontraba fuera de su habitación también.

—vamos— dijo, salimos del lugar y subimos al carruaje que nos esperaba.

Cuando llegamos a la casa, el duque ordenó a sus soldados que reuniera a todos los que vivían en la casa, en el jardín. No tardaron mucho en reunirlos, toda la familia del vizconde y el estaban de rodillas frente a nosotros.

—Buenso días. Majestad. Alteza — saludo con una tranquilidad fingida —A qué debo el honor de su visita, ¿Por qué han ordenado que todos salgan de la casa y que se coloquen de rodillas?

—¿En verdad no sabes por qué estamos aquí?— hablo mi padre

—No... Majestad, no sé cuál es la razón de su visita.

Mi padre sonrió con frialdad y se acerco a él.

—Estamos haciéndote esta visita ya que tú le has facilitado información al reino de Alastair. — lo miro con frialdad — así que usted, vizconde Miller, es despojado de su título y acusado de traición a la corona.

—Majestad— miro a mi padre — no me puede hacer esto, me declaro inocente ante esta acusación.

—sabes muy bien que eres culpable de lo que se te acusa, y ya sabes lo que le pasa a los traidores.

El vizconde se coloco de rodillas suplicando .

—por favor tenga piedad de mi, Majestad! Perdóneme la vida...

En todo este momento estuve en silencio, pero sabía que era mi turno, justo ahora. Mi padre se alejo de él.

Me acerque y saque mi espada, con una expresión neutra levanté la espada en alto y de un movimiento rápido corte la cabeza del vizconde. La cabeza cayó rodando por el suelo bañadome de sangre.

Los que estaban presentes dieron un grito ahogado.

La sangre salpicó mi rostro y parte de mi ropa.


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El Corazón Del Rey [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora