El agua fría rodeándole era una sensación nueva, diferente, relajante. Severus emergió en busca de aire. Aquella mañana los habían lanzados a la orilla de la playa en busca de moluscos y, a pesar de apenas cubrir, el omega todavía podía sumergirse sin problema.
-¡Tengo otra!- grito emocionado enseñando su tercera captura del día- Mira Lucius.
El rubio le dirigió una dulce sonrisa y flotó hasta su lado con dificultad, ninguno había aprendido a nadar; en su hogar, rodeado de árboles no era necesario.
-Genial Sev- felicitó el rubio en susurros, su voz garganta se encontraba afectada en consecuencia a la batalla por su dominio- ya llevas una más que yo.
El pelinegro le sonrió con dulzura y volvió a sumergirse. Al principio se había sentido reacio a aquella inmensa masa de agua pero, tras ser lanzado sin cuidado, había descubierto que el suave oleaje y sonido del mar podía hacerle olvidar las noche anterior. Vislumbro otra de aquellas pequeñas cosas, de las cuales no recordaba el nombre, y pataleo hasta ella. Conseguir abrir los ojos bajo aquel líquido había sido la misión más difícil del día pero, el miedo infundido por aquel omega al mando, había sido suficiente para que dejara de lado el picor principal; ahora, solo podía disfrutar de las vistas que le otorgaba aquel lugar.
-Parece que estas disfrutando- Lucius había esperado a pasar desapercibido para poder hablar con tranquilidad- me refiero al mar.
-Es lo único bonito- confesó- además, si estamos aquí no tendré que estar allí- confesó mientras señalaba la pequeña choza que se había convertido en su hogar- y la sensación del mar es demasiado relajante.
El rubio asintió, tenía razón, mientras estuvieran bajo el agua no estarían cerca de los alfas.
-¿Te trato bien?- se atrevió a preguntar.
-Si te refieres a que tuvo cuidado no sabría que decirte- contesto mientras tocaba su marca, aquel alfa le había obligado a recogerse su pelo para que todos pudieran verla- no puedo compararlo con nadie- Lucius soltó una pequeña risa ante la broma- pero si estoy seguro que no quería que fuera con él.
-El mío me ató- se sincero el rubio- quería asegurarse de que no huyera- deslizó las manos sobre la canasta vacía que colgaba de su cintura- apestaba a la sangre de los otros alfas con los que había peleado y su mirada era feroz. Joder- maldijo entre lágrimas- lo disfrute Severus, mi omega irradiaba felicidad por ser marcado por un alfa fuerte y feroz, capaz de cuidare a mi y a mis...- su voz se quebró- cachorros.
-No sabe mi nombre-confesó mientras se deslizaba alrededor de su amigo, estaba cogiéndole el gusto a nadar- no se preocupó, solo me llamó omega con voz gruesa y no me importó- se sumergió durante unos segundos y emergió con una nueva captura- no podemos controlar a nuestros omegas, menos ahora que estamos marcados.
-Quizás debería haberme quedado cuando mi padre me lo pidió.
-En aquel momento tomo la decisión nuestro instinto de supervivencia- Severus suspiró- en estos últimos días parece que solo ha actuado nuestro lado animal.
El rubio asintió lentamente y se sumergió junto al otro omega, solo para refrescase, debían conseguir 10 de aquellas piezas para poder volver a tierra así que habían decidido tomárselo con calma, aprovechando para estar el máximo tiempo lejos del grupo.
-¿Sabes algo de Barty?
-No-confesó el omega- no se nada de ninguno de ellos y me preocupa, son muy agresivos con otros alfas.
Severus dejó su cuerpo flotar, tenía la esperanza de que Lucius supiera algo de sus amigos, el rubio había sido arrastrado a la fiesta después de su marca pero parecía que había sido el único de su tribu con tal privilegio.
Una avalancha de agua les trajo a la realidad. Junto a ellos habían saltado dos cuerpos provocando que el movimiento les desestabilizara y tragaran el líquido salado.
-Mierda-se quejo el pelinegro- casi me ahogo.
-Quizás si hubieras estado trabajando y no tumbado sobre las olas no hubiera pasado nada-le reprochó una voz que reconoció demasiado bien- ¿Cuántas almejas llevas? ¿Solo cuatro?-el alfa gruñó levemente- ¿acaso mi omega es un perezoso?
Severus braceo y pataleo descoordinadamente pero lo suficientemente bien como para alejarse del moreno y ocultarse tras un paralizado Lucius. Su amigo observaba al alfa de cuerpo musculado y múltiples cicatrices que se paseaban desde sus gemelos hasta cubrir su cara, el pelinegro lo reconoció como su pareja gracias a que el olor que desprendía era el mismo que estaba pegado en la piel del rubio.
-¿Tu cuántos llevas Lucius?- pregunto con voz profunda- espero que más.
El omega extendió tímidamente la canasta dejando que su pareja contara los dos ejemplares que tenía. El alfa gruñó descontento.
-Acaso a los Hutan no os enseñan que es trabajar- Sirius se acercó cabreado a su omega- que pasa, ¿no querías manchar tu blanca piel?
Severus sentía sus lágrimas florecer, su alfa estaba enfadado con él, no era buen omega, no era buena pareja.
-Deja a Severus- el rubio arrastro a su amigo lejos de ambos alfas- estamos aprendiendo, joder, no sabemos ni nadar.
-¿Es eso cierto?- pregunto el de cicatrices- ¿no tenéis lagos?
-Si eres recolector no necesitas ir al lago- la rabia del omega estaba aumentando por momentos- de la caza se encargaban los alfas y la pesca era en ríos de poca profundidad.
-Esa no es excusa- siguió protestando- podíais haberle pedido ayuda a cualquiera.
-¿A quién?- el rubio se acercó a su pareja intentando mostrar que no se acobardaría- Somos esclavos Lupin.
-Eres mi pareja- rugió- del omega de uno de los mejores guerreros, hazte respetar...
El pelinegro quería interferir, defender a Lucius y evitar que acabará haciendo una locura, no debía retar de esa manera a su captor, al menos no mientras estaban todavía herido y cansado de los anteriores día; en cambio, su mirada se mantuvo en Sirius, su pareja y el alfa que le miraba con una mezcla de lujuria e ira.
-¿Severus?- le pregunto- ¿ese es tu nombre?
-Si-afirmó con timidez- Severus Snape.
-Severus Black- corrigió- de todas formas no es importante- el alfa se pego hasta que sus narices se rozaron- consigue las 10 almejas rápido o te follare aquí- una sonrisa picara cruzó su cara al notar el nerviosismo del contrario- te doy hasta la cena, será vuestra bienvenida. Remus deja de discutir con el rubio- pidió- nosotros también tenemos trabajo.
Ambos omegas observaron como los alfas se alejaban sin ni siquiera dirigirles una última mirada, una vez solos se abrazaron fuertemente.
-Tenemos que terminar con esto ya- apresuro Lucius- o estaremos en serios problemas.
Severus asintió energéticamente y se sumergió con rapidez, no sabía si aquel alfa cumpliría su palabra pero tampoco quería comprobarlo.
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Salvaje (Harry Potter)
FanfictionLa enemistad entre ambos clanes había estado siempre presente, creciendo como una llamarada descontrolada y, cuando todo explotó, solo quedaba sobrevivir. Los personajes no me pertenecen.