Epílogo

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La alarma sonó pasada la media noche.

-¿Qué cojones?- Lucius se separó con disgusto de los brazos de su pareja- Cómo despierten a los niños por culpa de un búho como la ultima vez los mato.

Severus rio. La alarma, como todos llamaban a Barty, avisaba con cada movimiento extraño en las inmediaciones de la aldea como el dia que Tom perseguía a un pequeño conejo gritando o cuando aquel jabalí destrozó el cultivo de tomates.

El ruido continuo durante varios minutos despertando a los bebés, Severus se levantó cansado.

-Lucius- grito desde el cuarto contiguo mientras comenzaba a correr, su miedo había impedido acallar los llantos de los bebés- Lucius, Tom no está.

-Que cojones- el rubio sale del cuarto corriendo sin preocuparse por su desnudez- ¿dónde coño está ese mocoso? ¿Y porqué Barty no se apaga?

-Porque hay señales de humo que se acercan cada vez más- Severus recoge a su pequeño cachorro y lo ata en la tela que a ajustado junto a su busto, tras el Lucius hace lo mismo con los gemelos- ponte unos pantalones por la sagrada Deidad.

Las luces de las antorchas se acercan cada vez más al pequeño poblado pero, está vez, al contrario que como pasó con su pueblo, el bosque no sucumbía al fuego, sino que acompañaba a las llamas como en una danza tenebrosa.

-Nos han encontrado- comenzó a lloriquear el pelinegro- ¿qué hacemos Luci, qué hacemos?

-Tranquilo mi amor- el rubio besa suavemente los labios de su compañero- saldremos de esta, tranquilo.

Severus corrió junto a Lucius hasta la entrada de la aldea, el valle se encontraba entre rocosas paredes y era prácticamente imposible cruzarlo con cachorros tan pequeños a cuesta.

-Tom- llamo Severus al pequeño cuando lo descubrió junto a Barty-¿dónde estabas? Nos tenias preocupados. ¿Otra vez te has escapado para ir al río a nadar?

-No le regañes- Barty mantenía su único brazo alrededor de un asustado y embarazado Peter y su cachorro- sino fuera por él no hubiéramos visto que se aproximaban.

-¿Qué hacemos?- Lucius intentaba mantenerse sereno sin éxito- es muy tarde para huir por las montañas y tenemos demasiados cachorros como para luchar.

-Los alfas los de tendremos y os daremos ventaja.

-¡No!- Peter se negaba a dejar partir a su compañero- os mataran.

-No vienen a luchar- Tom miraba a los adultos como si realizarán una broma- cuando llevan las antorchas es símbolo de negociación, papá decía que en una guerra nunca hay que dejar que el enemigo te vea llegar, por eso usan las antorchas, porque quieren que sepan que vienen.

-Niño eres demasiado listo para tu edad- festeja Barty.

Los omegas esperaron en la entrada hasta que las figuras de los alfas y omegas se entrevió entre la oscuridad. Severus agarró más fuertemente a Tom temiendo que el pequeño corriera hacia su progenitor, le había prometido a Dumbledore cuidarlo a cualquier coste.

-Por fin nos encontramos- comienza Grindelward a pocos metros del grupo- hola mi cachorro- Tom saluda tímidamente con su regordeta mano- hay que tener valor para huir con nuestras crías y rebelarse...

-Corta- para Regulus dando un paso adelante, tras él James carga a un cachorro que mira a su alrededor con curiosidad- hemos venido a negociar.

-¿Qué queréis exactamente?

-Rodolphus si quieres hablar sal de detrás de Arthur cobarde- Bellatrix ruge con fuerza- sabes lo que es llevar un bebé dentro 9 malditos meses, parirlo sola entre sangre y gritos y que sea jodidamente idéntico a ti, tengo que patear tu maldito culo.

Severus aguanta una risa ante la reacción de su amigo, está claro que el alfa teme a la omega.

-Queremos llegar un acuerdo con vosotros y conocer a nuestros hijos- Sirius da un paso adelante- pero por favor no más intoxicaciones, he estado vomitando tres días seguidos y el señor Nott no recuerda nada de antes de desmayarse.

Severus avanza orgulloso, su cachorro continúa dormido en su pecho y, por primera vez, no tiene miedo del castaño. Sirius sonríe tiernamente ante la estampa frente a él pero no hace el amago de acercarse.

-Sigueme, tenemos mucho de que hablar.

Durante días los implicados de ambas tribus discuten acaloradamente, unos quieren sumisión y otros libertad.

-¿Entonces aquí termina todo?- Sirius bebe el té que le ha servido Lucius mientras acuna al pequeño Draco- ¿nosotros separados?

-Nunca estuvimos juntos- Severus le mira con cierta pena- ninguno. Nosotros fuimos embaucados por las feromonas y vosotros nos usasteis como tapadera- Remus fue a replicar pero cerró la boca ante Lucius, era absurdo negar lo que estaba claro Sirius y él se amaban como Severus y Lucius- creo que esto es lo que nos hace de verdad felices a todos.

-¿Y los cachorros?

-Podran ir y volver cuando quieran, ahora que no tenemos que estar escondidos podemos volver a nuestro antiguo hogar.

-Si, con respecto a eso perdón- Remus no sabía a donde mirar- digamos que somos un poco salvajes.

Lucius negó con la cabeza y se negó a contestar al igual que su pareja, no podían perdonar tal tragedia pero podían luchar por una vida mejor por sus hijos.

-Esta decidido- confirma Severus- y recordar, una gastroenteritis es lo mínimo que os puedo provocar.

-¿Que os hizo cambiar de opinión?- se atreve a preguntar Lucius antes de despedirse de los alfas- con respecto a dejarnos libres.

-Cuando sientes el dolor de tu pareja dando a luz y sabes que no puedes ayudar porque ha huido de ti, cuando sientes por primera vez la alegría a través del lazo y cuando ese lazo desaparece y nos sientes nada ni tristeza ni alegría- comienza Remus- te das cuenta de que quizás te equivocabas.

Severus mira con cariño a Lucius, ese lazo que temían, ese cariño que se había formado por culpa de las feromonas era lo que les había salvado.

Días después ambas tribus parten hacia la playa, los Hutans para instalarse en su antiguo hogar y los Laut para poder descansar tras el largo viaje. 

Severus observa en la distancia, en la entrada del bosque, aquella que uso para huir y ahora le permite volver. Tom se está despidiendo de Dumbledore, el omega ya no porta el collar de esclavo pero todavía necesita las feromonas de Grindelward para subsistir. El pequeño vivirá con él y Lucius, volviendo a la playa siempre que quiera, pero conociendo la libertad que solo unas costumbres como las de su hogar le pueden entregar.

Severus sonríe cuando el pequeño llega junto a él y le agarra la mano, dirige una última mirada al omega mayor y se interna en el bosque.

-¿Qué cenamos hoy?- pregunta curioso el cachorro.

-Lo que tú quieras mi vida, lo que tú quieras.

Salvaje (Harry Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora