Sasuke en la dimension de Menma.

Capitulo 17 [Caminando entre tinieblas]

-Tu byakugan, es muy útil en estos tipos de zonas-. Mencionaba el Uchiha, sabiendo que los ojos de su esposa era muy fundamental para ubicarse.

Si bien, se podía notar la aparición de nieblas, esta no era muy espesa, por lo que no molestaba tanto a la vista.

Debido a que el tiempo de invocación, se había terminado, la pareja no tuvo de otra que investigar el lugar lentamente.

-¿Te encuentras bien?-. Cuestionaba Sasuke notando que esta se esforzaba para mantener su Dojutsu.

-Estoy un tanto fatigada-. Diría Hinata desactivando su poder ocultar.

Desistiendo del apoyo del Byakugan, la pareja caminaría por los alrededores, lo suficientemente cercas, para no perderse del uno al otro.

-¿Una casa?-. Se preguntaron ambos ninjas al llegar a un punto abierto, que destaco con rapidez por tener una estructura humana en ella.

La nula respuesta fue señal clara, que el sitio se encontraba abandonado o en ese momento no estaba sus habitantes.

-Es un lugar muy extraño, pero a diferencia de esa cueva, no es algo que sea de nuestro interés-. Mencionaba el Uchiha refiriéndose en especial la forma geográfica de la zona, pero no llamaba particularmente la atención, a comparación con lo que escondía su otro punto de interés.

Estando de acuerdo con su principal objetivo, ambos ninjas partirían de regreso a la aldea.

Nada más llegar a uno de los accesos del pueblo, el sonido de una multitud que venía de la entrada a dicha cueva, llamaría la atención de ambos Shinobis, los cuales participarían en esa reunión discretamente.

-Básicamente, esa niña es un sacrificio-. Fue la rápida conclusión que la pareja llegaría, al escuchar que era lo que iba a suceder.

-Tú eres su madre, ¿verdad?-. Preguntaba Hinata momentos después que aquella infanta entrara a la cueva.

Una mujer alrededor de 30 años de edad, cabello rubio y unos ojos verdes, fue la que se presentó ante el duo.

-Nunca los había visto, supongo que son nuevos en el pueblo, mi nombre es: Tsubaki, en esta cueva duerme una criatura muy peligrosa, mi hija: Aoi, se entregará como sacrificio para apaciguarlo-. Contestaría aquella mujer, con una sonrisa en su cara, informando a quienes ella pensaba que eran nuevos habitantes.

La rabia que la pelinegra mostraría, era clara muestra que no estaba contenta con esto, al punto de utilizar su Dojutsu de forma amenazante hacia quien había afirmado que era la madre de la pequeña, que entro a un lugar a simple vista muy peligroso.

-Lo lamento, pero no deberías sonreír, si no lo quieres-. Mencionaba Sasuke, antes de acompañar a su pareja hacia dentro de la gruta.

Un gran lugar modificado claramente por manos humanas sería lo primero en verse nada más entrar.

-Realmente está muy oscuro-. Diría el pelinegro notando la casi inexistente luz del lugar.

-Esa niña llevaba una lámpara, y además parece ser que también poseía un extraño sello en ella-. Exclamaba Hinata, recordando el farol que aquella infanta tenía en su mano, antes de entrar a dicho lugar.

-No hay camino, ¿quizás ese sello modifica el terreno?-. Fue la única conclusión que el Uchiha llegaría, al no ver rastro de quien fue reconocida antes como Aoi por su familiar.

La rabia que la Hyuga aumentaría, posiblemente al ver que no podían avanzar sin más.

-Maldito viejo, denos una de esas lámparas-. Amenazaba la pelinegra que rebosaba furia en cada palabra.

-Señorita, por favor, cálmese, esto a ustedes no les incumbe-. Pedía quién antes se había presentado como Tsubaki.

No hubo respuesta por parte de Hinata, quien seguiría buscando lo que quería a su manera, la mano de su esposo en su espalda, consecutivamente de un sonido proveniente de la misma dirección, haría que la pelinegra se detuviera.

-Ya veo, Sharingan-. Razonaba la Hyuga notando que la expresión del anciano que amenazaba había cambiado.

-¿Quién son ustedes?-. Preguntaba Tsubaki viendo la situación muy extrañada.

-Alguien que esconde sus propios ideales bajo una sonrisa, no tiene derecho de saber la identidad de otros-. Exclamaba Hinata comenzando a partir con su lámpara de regreso a la cueva.

-¿Por qué actúa así?-. Cuestionaba la mujer rubia con una mueca de ira.

-En su vientre vive, lo que tu una vez tuviste, y ahora solo permites que muera-. Respondería Sasuke, para luego marcharse como su esposa hizo.

No era necesario explicar, con más detalle, sobre lo que el Uchiha quería decir.

-Este sello se encuentra, conectado al fondo del abismo-. Diría la pelinegra, llegando a esta conclusión al ver el mismo grabado de la lámpara, en las nuevas estructuras salidas de dicho fondo oscuro.

Utilizando el camino que se había creado, los dos ninjas recorrían prestando atención a su entorno, que si bien seguía oscuro, ahora gracias a apoyó de la lámpara, no era una tiniebla total.

-Por mucho que trate, mi Sharingan no puede ver tras estas sombras-. Diría el Uchiha, siendo este quien rompería el silencio entre ambos.

-Lo mismo sucede con mi Byakugan, no puedo emplearlo más haya de nuestro alrededor-. Apoyaba Hinata, la dificultad de ver a través de esa tenebrosidad que el lugar emanaba.

Nada más terminar, lo que se podía sentir que era un eterno pasillo, un sitio abierto sería lo que el grupo se toparía.

Puede que por la sincronía que ambos poseía, con rapidez, la Hyuga pasaría su medio de luz al Uchiha, para luego utilizar su Rotación Celestial de los Ocho Trigramas (Hakkeshou Kaiten). Alejando a unos seres humanoides. Que habían aparecido desde las sombras rodeándoles.

Con ayuda del Sussano imperfecto, la situación seria resulta con rapidez.

-No sabemos las dimensiones del lugar, por lo que tienes que tener mucho cuidado con usarlo aquí adentro, no queremos que la montaña se derrumbe en nuestra cabeza-. Mencionaba la pelinegra viendo que con solo esto el lugar parece haberse movido.

-Ya lo sabemos, pero en serio estamos tratando con algo muy peligroso-. Exclamaba el Uchiha, notando como la iluminación del Sussano apenas llegaba a disipar esa niebla de oscuridad.

Aquellos seres desaparecerían entre las sombras al igual que aparecieron, dejando a entender la importancia de mantenerse en la luz.