Sasuke en la dimension de Menma.

Capitulo 1 [Como si nada hubiera pasado] (Reescrito).

-¿Dónde estoy?-. Se preguntaba un chico pelinegro de ojos de la misma tonalidad de color.

Gracias a la vegetación del sitio, era sencillo saber que se trataba de un gran monte.

-Creo que se llamaba:¿el bosque de la muerte? (Shi no Mori)-. Fue el nombre que el pelinegro pudo llegar a recordar, aunque no estuviera del todo seguro.

Avanzando atreves de aquella área, impulsándose en los grandes árboles de la zona, se lograría visualizar unas luces en la lejanía.

-¿Por qué estaba fuera de la aldea? -. Se cuestionaba el pelinegro que poseía un gran dolor de cabeza.

Muchas imágenes sangrientas se hacían presente junto con una fuerte agonía.

-Sasuke, ¿te encuentras bien?-. Preguntaba una voz detrás de aquel chico que simple vista su estado era preocupante.

-¿Itachi?-. Fue la incógnita que el pelinegro se hizo antes de girarse y encontrar a un chico con una apariencia similar en cuando a colores de cabello y ojos, pero se podían diferenciar por las largas marcas que poseía debajo de su mirada.

El pelinegro parecía intentar abrazar al chico, el cual reconoció como Itachi, pero se detendría un minuto seriamente.

-Entiendo, esto debe ser un Genjutsu (Técnica de ilusión)-. Expresaba el antes reconocido como Sasuke mientras sus ojos ónix se volvían rojos con tres tomoes rodeando la pupila.

La confusión golpearía al pelinegro, que aparentaba ser el mayor entre ellos dos.

-¿Genjutsu? (Técnica de ilusión), mira que dices tontería-. Diría Itachi mientras picaba la frente de Sasuke, que no pudo evitar sentir una leve molestia que trataría de aliviarla con sus manos, trayéndole muchas imágenes, que a diferencia de las que antes recibía estas no le otorgaban pesar.

-Hermano-. Sería lo único que el pelinegro menor diría que no pudo evitar abrazar a quien visualizo como un familiar.

Era sencillo saber que Sasuke rebosaba de preguntas, que nunca llegaron.

Unas cuantas horas después, los dos hermanos se encontraban caminando por la aldea, realmente Sasuke aparentaba estar muy alegre, pero quizás por dentro muy confundido.

Cuando el pelinegro simplemente intentaba ignorar sus instintos, estos regresarían al avistar el logo de un abanico en las paredes de una gran parte de la aldea.

-¿Aquí es donde?-. Se preguntaba Sasuke mientras aquel fuerte dolor de cabeza regresaría junto con unas imágenes de personas muertas y lo que parecía ser un rostro en las sombras.

-¿Estás bien?, Sasuke-. Preguntaba Itachi viendo que este se tocaba la cabeza y se quejaba, igual que la vez que la vez que lo encontró.

-Estoy bien, solo fue una pequeña jaqueca-. Respondía Sasuke no queriendo preocuparle, además de evitar tener que tratar de explicar algo que ni siquiera él sabía.

-Mamá y Papá deben encontrarse muy preocupados-. Mencionaba Itachi el cual no parecía estar tan convencido de que su hermano estuviera bien, pero lo dejaría pasar por el momento.

Nada más entrar dentro de lo que aparenta ser un clan, la estructura de zona se iba mezclando con una más sangrienta en la mente del pelinegro menor.

Muchos de los miembros saludaban a los hermanos con respeto, siendo Itachi la cúspide de todos, aunque Sasuke recibía también muchas observaciones, en especial por las mujeres, las cuales algunas le miraban furiosamente.

La imagen de una puerta y un sitio solitario y abandonado se destacó en la mente de Sasuke, quien no pudo evitar cambiar por completo el aspecto del interior de la casa que ahora se hallaba.

-Veo que al fin lo encontraste-. Expresaba una mujer pelinegra con ojos negros, quien era la viva imagen de una versión femenina de los hermanos.

-Vamos, Mikoto, no te enojes con Sasuke por esas cosas-. Pedía un hombre con una apariencia similar a Itachi pero más viejo.

-Fugaku, ¿no tienes ni idea cuantas veces me he tenido que disculpar por todos los corazones rotos que tu hijo ha dejado?-. Expresaba Mikoto aparentemente cansada de tanto pedir perdón.

Unas lágrimas repentinas pararían cualquier posible conflicto de los que aparentan ser una pareja.

-¿Corazones rotos?, ¿disculparse por mi culpa?-. Fueron las preguntas que Sasuke se hacía mientras estrechaba al duo entre sus brazos, los cuales no se esperaban dicho acto.

Minutos después, Sasuke se bañaría y cambiaría.

-Al ver a mis padres por fin recobré mis memorias, ¿Es un sueño?, ¿una broma de mal gusto? O ¿un Genjutsu?, no tiene sentido, si mi Sharingan no logra ver a través, debe ser una fuerte ilusión o quizás el Tsukuyomi Infinito, no puede ser Naruto y los demás detuvimos a Madara, ¿o eso también fue mentira?-. Se cuestionaba el pelinegro menor, quien solo rebosaba en preguntas, no llegando a nada en concreto, siendo aquellos dolores de cabeza lo que impedía seguir en sus pensamientos.

Aun con la duda y con resquicios de angustia saldría a comer con su familia, manteniendo su guardia levantada en todo el momento, por lo menos hasta saber que estaba pasando realmente, la seriedad de su madre y lo cariñoso de su padre parecía le hacía confundir.

-¿Es como si hubieran cambiado de roles?. Pensaba Sasuke recordando a sus progenitores totalmente diferentes.

La cena fue bastante rápida, pues tiempo después ya todos se encontraban en sus correspondientes habitaciones alistándose para descansar, por mucho que el pelinegro menor lo intentara, no podía cerrar sus ojos, quizás siendo su jaqueca una de las causas.

-La aldea es diferente, normalmente me apresarían y encerrarian por todos los problemas que he provocado, pero es como si cada uno de mis males aquí no existieran, ¿Dónde estoy?-. Razonaba Sasuke recordando que en su realidad no era más que un traidor buscado en muchas aldeas, siendo su propio pueblo quien más no dudaría en aprisionarle.

Puede que la fática de no poder dormir golpearía al pelinegro menor, el cual comenzaba a cerrar sus ojos.

-Mañana, buscaré respuestas-. Fue lo último que Sasuke llegaría a decir ante de caer profundamente dormido.

-Jutsu de Sellado: Liberación (Fūinjutsu: Kai)-. Se escucharía de un rubio y un hombre que poseía un extraño ojo.

-Sasuke-. Era lo que una mujer peli rosada repetía entre lágrimas y llantos sosteniendo el cuerpo sin vida del Uchiha.