Capitulo 23 [Nueva generación]

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-Uchiha Madara, incluso sincronizando nuestros ojos y trabajo en equipo, es difícil seguirle el ritmo-. Pensaba Sasuke, encontrándose muy serio enfrente de un hombre que a plena vista era claro que era miembro de su clan, ya fueran por sus rasgos o por el Kekkei Genkai que mostraba.

Un espada cubierta de un aura roja, lograría atravesar la defensa de aquel hombre.

-Si Sasuke no lo hubiera entretenido, estoy seguro de que no podría haber conectado con la espada de Sussano, aunque sin duda las cadenas de la señorita Kushina fueron de mucha ayuda-. Pensaba Itachi, el cual se veía muy herido, ya fuera por el uso de su habilidad ocular como lo sufrido en el enfrentamiento.

Aquella, dicha arma espiritual, absorbería a quien atravesó, dando final a ese ser de la realidad.

-Parece ser que dimos también con el ejecutor del Edo Tensei-. Razonaba Sasuke, viendo como muchos de sus enemigos, comenzaban a desaparecer en una luz blanca.

-Los ojos de los Hyugas realmente son muy útiles-. Analizaba Fugaku, la facilidad que tuvieron en encontrar al culpable de aquel Jutsu prohibido.

-"El Zetsu Negro, intentará corromper a un Uchiha, hay que tener más cuidado"-. Recordaba Mikoto la advertencia que su hijo menor dio a la familia principal, cosa que confirmaba al verlo en el ejecutor del Edo Tensei, el cual era un miembro del clan Uchiha, seguramente influenciado por aquel ser.

Las aldeas finalmente saldrían de su estado de guerra para regresar a la paz que antes se encontraban.

-Sasuke, ¿cuál puede ser el siguiente paso de nuestro enemigo?-. Preguntaba Tsunade al menor de los Uchihas, quien parece pensar una posible respuesta.

-Zetsu Negro, fue, creado por la diosa Kaguya, buscando ser libre del sello que sus hijos la encerraron, manipulara y utilizara cualquier cosa para lograr su cometido, lo único que se es que hay que estar listo, aunque muy seguramente no tratara de hacer nada por el momento, solo se mantendrá en las sombras, como siempre ha hecho-. Respondería Sasuke, mostrando su seriedad, pues desconocía los siguientes planes de dicha criatura.

La mirada sería de la Hokage solo se movería a su idea, mostrando su preocupación por sus ciudadanos.

-¿Dónde está?-. Preguntaba la pelinegra, exhibiendo una gran rabia en sus ojos blancos, que si bien no reflejaban su Dojutsu, era lo suficiente para intimidar a cualquiera.

-Señorita Hinata, no se preocupe, ella está en el clan Uchiha-. Contestaba una empleada de la familia Hyuga, quien se veía muy asustada.

-Logramos impedir que Madara completara el Tsukuyomi Infinito, pero el Zetsu Negro no dejara de intentarlo-. Pensaba Sasuke, mirando a dirección a su clan, no pudiendo preocuparse por sus integrantes.

-Eres una criatura muy extraña, pero no es de nuestro interés revivir a una traidora-. Exclamaba una voz masculina, el cual desintegraría al Zetsu Negro en cuestión de segundos.

La existencia del ser que amenaza al mundo ninja, se había esfumado por completo.

-Kara actuará entre las sombras, no necesitamos a ninguna molestia que pueda afectar nuestros planes-. Mencionaba nuevamente aquella voz masculina, el cual solo se le pudo notar unas raras marcas negras desaparecer de su piel.

-En serio te agradezco que hayas cuidado de ella, Izumi-. Exclamaba Hinata, viendo a una joven chica de cabello negro largo y ojos ónix, rasgos muy comunes dentro del clan Uchiha.

-No te preocupes, Sasuke, me pidió que la alejara de las familias hasta que regresaran-. Informaba la pelinegra, aclarando que ella la cuido en todo momento.

-Lamento la demora-. Exclamaba el menor de la familia principal de los Uchihas, quien llegaría a su casa unos cuantos minutos después.

Mirando desde una azotea, la quinta Hokage, mostraría una expresión de seriedad, que trataba de ser acompañada con tranquilidad.

-Aún sigo sin creerme la existencia de seres de otro planeta y que la historia del sabio de los seis caminos es real-. Diría Tsunade, mostrando una gota de sudor, que si no fuera por lo vivido, pensaría que sería una broma.

-Ahora la unión del clan Hyuga y Uchiha, se volvió algo muy positivo, ya sea para la seguridad de la aldea, como del mundo ninja-. Remarcaba la ayudante de la Hokage, afirmando la importancia de la fusión de dichas familias.

-Otusukis, serán un problema para la nueva generación-. Exclamaba Menma, recordando lo poderoso que solo uno de estos miembros fue.

-Estoy segura de que estarán listos-. Mencionaba Sakura, quien vería a su alrededor mientras una de sus manos se apoyaba en su vientre.

La mirada de todos los representantes de sus aldeas, se reposaría en sus habitantes.

-Hay que proteger a la próxima generación, aunque de nada servirá precipitarnos-. Diría el Raikage mostrando preocupación pero a la vez mucha calma.

-Revisaremos debajo de toda roca, no bajaremos la guardia contra el futuro enemigo-. Exclamaba el Tsuchikage, mostrándose muy serio ante esto.

Desde lo profundo de un inmenso océano, la intranquilidad golpeaba a sus habitantes, los cuales se podían notar que mantenían muy atentos ante cualquier amenaza.

-Ya quiero retirarme-. Pensaba la Mizukage, quien se veía muy negada a querer mantener su puesto como Kage de la aldea oculta entre la niebla.

-Señor Kazekage, ha llegado una nota de Konohagakure-. Informaba un ninja de la arena, quien mostraba mucho respeto.

Verificando el contenido de dicha nota, parece que el líder de la aldea, llegaría a una sola conclusión.

-Mejorar nuestra relación con Konohagakure y mirar hacia la nueva generación, esa será los ideales a seguir-. Razonaba el Kazekage, quien parece prepararse para escribir una carta de respuesta.

Fue así que el tiempo comenzaría a trascurrir en el mundo Shinobi.

-No es justo, usaste el Byakugan-. Regañaba un niño con un puchero en su rostro, mientras sus ojos de diferentes colores, que acompañaban a su berrinche.

La joven chica, que recibía regaño por quien a simple vista era menor que ella, se veía con una sonrisa juguetona.

-Madre, Yuma, empleo el Byakugan mientras jugábamos a escondernos-. Exclamaba el pequeño niño, revelando nuevamente aquel puchero, solo que más indignado.

-Nada de utilizar sus ojos, saben bien que no tienen permitido usar sus Dōjutsu fuera de los clanes, al menos por el momento-. Diría Hinata, regañando a ambos por igual.

-¿Por qué ami también?-. Se preguntaba el niño con una gota de sudor.

Acabo de unos pocos minutos, los dos infantes regresarían a sus juegos.

-Aún no puedo creer que ambos ya posean el Byakugan.-. Exclamaba Hinata, recordando lo difícil que era el despertar de dicho Dōjutsu.

-Es el futuro, la nueva generación, pronto nos superarán-. Diría Sasuke, acercándose a su esposa, la cual no dudaría en acurrucarse sobre este.

-Esta vez me le adelantaré, ¡Byakugan!-. Exclamarían ambos niños al mismo tiempo empleando sus ojos blancos de manera simultánea.

Sasuke en la dimension de Menma.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora