Capitulo 8 -Agua

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Aunque seguro haya dormido unas cuantas horas siento mi cuerpo tan cómodo que se siente fatigado, me
giro y siento piel, abro mis ojos y le veo, esta con el pelo despeinado boca arriba, sus facciones están relajadas, sonrío y me acerco un poco, noto como todo mi cuerpo toca la sábana, ahí recuerdo que estoy sin ropa y me avergüenzo un poco, más porque el demonio igual lo está, alzó mi mano y muevo sus mechones que me obstruyen ver sus ojos, exhalo tranquilo dirigiendo mi mirada al resto del cuerpo, se le ve solo la espalda y la cintura, me alzo para ver mejor, abro la boca tiene un rasguño leve en su espalda ¿y eso cuando pasó?, me empiezo a sentir nervioso, toco suavemente esa zona. -Perdóname querido- digo apenado.

-No me duele Ángel- pego un brinco me toco el pecho y me alejo, le miro este se mantiene en su posición solo con los ojos amarillos mirándome, veo cómo baja su mirada, yo me sonrojo y rápido agarro la sábana para taparme hasta el cuello. -Que amargado- chasquea la boca y se gira. Yo desvío la mirada avergonzado.

-Creo que debería retirarme- el demonio me mira yo evito su mirada.

-¿Acaso eres cómo las adolescentes qué huyen antes qué los demás entren al cuarto?- Me pregunta divertido.

-Si, me da miedo que alguien de allí descubra lo nuestro- le digo sincero.

-Nadie va a descubrir lo nuestro, no te preocupes- me intenta animar, extiende una mano hacia mi y yo aprieto las sábanas, le siento sentarse y acercarse a mi. -Hey, ¿estás arrepentido por lo qué pasó?-  toca mi hombro, yo le miro tiene en su mirada preocupación, me acerco a él y el pasa su mano por atrás yo pongo mi cabeza en su hombro.

-Claro que no, solo...- Me muerdo los labios, pone su mano en mi expuesta espalda y me acaricia, se me hace un nudo en la garganta -tengo muchos sentimientos encontrados-, Crolwey agarra las sábanas para taparme mejor.

-Va a estar todo bien- toca con su otra mano mi cuello y me hace mirarle, acaricia mi cuello -y aunque se enteraran, no dejare que nadie nos haga daño- yo le sonrío un poco asustado, -te lo prometo, y si se que no sirve mucho la promesa de un demonio- yo me rió, -dale ven aquí- tira un poco y nos damos un suave beso, yo suspiro en el medio, siento que lamé mi labio y yo lo abro para profundidad el beso, agarra mi pelo y lo tira yo muevo mi cabeza para dejarlo que lo guíe, tiene un sabor profundo, agarro sus hombros y tiro para separarnos, respiro agitadamente -me siendo acalorado- le admito.

-Créeme que no es una sorpresa- me guiña.

-Voy voy a- miro a los costados tartamudeado nervioso.

-¿Por qué te quieres escapar?- me dice coqueto, mi corazón se acelera.

-No no, para nada, todo genial- muevo mis manos rápido, agarro las sábanas y me paro olvidándome que no soy el único desnudo, dejándolo expuesto -¡Ahh dios mío!- Me doy la vuelta rápido, -me iré a a, ¡por allá!- Abro la puerta y me meto en el oscuro cuarto, busco un interruptor y veo que era un baño, uno muy elegante. Había una bañera grande y del otro lado una ducha negra. Dobló la sábana y la dejo en una mesita, me dirijo y me veo en el espejo, tengo marcas en toda mi piel, rojizo en mis caderas, el pelo despeinado y las mejillas rojas. Toco mi cuerpo despacio intentando sentir remordimiento por lo que hice, pero nada aparece, esto me asusta un poco, miro a mis costado a la ducha.  -¡¿Emm disculpa Crowley puedo usar tu ducha?!- Le llamo alto, escucho que sisea afirmativamente, -¡gracias!- Me acuerdo y veo que una de las perillas tiene un stiquer de fuego que le habrá puesto para no confundirlos, la abro un poco mientras espero a que empiece a calentar busco en las alacenas que tiene productos de baño, sorprendentemente tiene todo lo que se necesita, así que agarro toallas, jabón, shampoo y acondicionador, acomodo todo y nivelo la temperatura del agua, me gusta que esté muy caliente aunque leí en unas revistas que mejor es bañarse con agua fría pero es que el calor es muy gratificante, me pongo bajo el chorro y suspiro satisfecho.
Los pensamientos vienen a mi mente mientras toco mi pelo y lo acaricio bajo el agua. Esta semana es muy distinta y sorpresiva, con Crowley hemos superado niveles de confianza que nunca se me hubieran ocurrido, y me da miedo si se enteran o peor aún si le pasa algo a él. Agarro el shampoo y me pongo una poquita cantidad fuera del choro del agua. En mi mente aparece Ed, y me hace sentir un poco culpable. Acaricio mi pelo. Desde que empezó todo con Crowley no aparece por mi cabeza, cosa que antes era algo imposible, suspiro -¿qué haz echo conmigo?- bufo. Mis sentimientos están confundidos, entro en el chorro y siento como desliza el líquido, me aseguro de que se salga todo para agarrar el acondicionador y ponerme de igual manera. Yo... Quiero a Crowley el siempre estuvo conmigo, pero ahora nose qué pasa, que siento...

El "experto" de la tentación (+18) "Good Omens"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora