Capítulo 6. ¿Dónde está?

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"Sí, señora Klose."

El asistente del mayordomo asintió ampliamente y señaló la casa de ladrillo rojo de dos pisos frente a él. Era una casa acogedora con plantas que cubría completamente la pared.

"Escuché del dueño de la casa Bowlen que su esposa estaba buscando un lugar para hospedarse. Probablemente no haya un hogar en Blauberg más satisfactorio que este."

Con una tímida sonrisa en su rostro, añadió suavemente.

"Es la pensión de mi madre."

"¿Es eso así?"

Él continuó ante la respuesta ambigua de Marianne, mientras tragaba saliva.

"Esta es la casa donde mis padres y mis tres hermanos vivían juntos, pero después de que mi padre falleció, mis tres hermanos se casaron y se mudaron. Mi madre se encontraba sola. Hace unos años abrió una pensión aquí. El precio de la casa es barato y la comida deliciosa, por lo que es muy popular."

El asistente del mayordomo, que había estado hablando hasta ese momento, miró los ojos de Marianne y bajó un poco la voz.

"Hoy en día, las pensiones más grandes y sofisticadas han surgido en muchos lados y está pensión ha perdido a todos sus clientes. Es una casa antigua, pero es un buen lugar para quedarse. Además mi madre también perdió a su esposo en una edad temprana, por lo que comprenderá el corazón de la señora Klose mejor que nadie."

Marianne miró hacia la casa de ladrillos rojos desde el carruaje. Aunque se mostró reacia porque parecía que la influencia del marqués Schneider había funcionado en ella, pensó que no era una mala elección.

Mientras tanto, el sol se había puesto por completo y la oscuridad cubría la tierra como una manta. Sería cada vez más difícil encontrar otra pensión en este momento.

Decidió aceptar la amabilidad del marqués esta vez.

"Muy bien."

Marianne se levantó por fin del asiento. Dio pasos lentos hacia la casa de ladrillo rojo cubierta de plantas.

Sus pupilas brillaron intensamente y expectantes, como si este fuera su nuevo comienzo.

***

Un despeje azulado llegó a través de la ventana, poco a poco entraba en la sala de estar oscura, y los contornos de los objetos comenzaron a verse, aunque tenuemente.

Martin observó a Kristoff sentado en medio de la sala de estar con ojos perplejos. Anoche, se quedó despierto en la sala de estar. Porque su esposa, Marianne, no ha regresado.

Antes de la medianoche, Kristoff estaba mucho más relajado que ahora. Supuso que Marianne entraría a casa arrepentida en poco tiempo, y que al menos no estaría fuera toda la noche.

Arrojar los papeles del divorcio y salir de casa, pensó que era un escape temporal o una rebelión para expresar su decepción. No tenía dudas, creía que podía resolverlo antes de que las cosas se complicarán más.

Por supuesto, estaba un poco enfadado con Marianne. Pero si le suplicaba perdón, parecía dispuesto a dejarlo pasar solo por esta vez.
(NT: jajaja a poco crees que le va a pedir perdón? XD?)

Pero al contrario de eso, había una voluntad de cumplir el deseo de Marianne. El informe del caso que él mismo había revisado no tenía ninguna duda de su conclusión, pero incluso estaba preparado para decir que lo revisaría de nuevo si es que ella lo deseara.

Pero ninguna de esas dos opciones se materializó. La puerta principal estaba cerrada en silencio para que la luz azul pudiera habitar en la habitación ennegrecida.

Te pido perdónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora