Capítulo 1. Divorciémonos

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Tal vez haya una o dos personas de cada diez que no estén de acuerdo con el término cara bonita. Porque no era el típico chico guapo con cabello rubio.

No, más bien, debido a su impresión de aspecto frío, las personas que conocían a Kristoff por primera vez se sentían incómodas por alguna razón.

Pero para Marianne, incluso el cinismo de Kristoff era una de las razones por las que lo amaba. Desde el momento en que lo conoció, debe haber tenido gruesas vainas de frijol en los ojos.
~NT: en términos más sencillos tenía una venda en los ojos, c.c dices: amiga date cuenta!!!! XD)

"Es algo importante. ...al menos para mi."

Agregó su diálogo inicial en un tono cuestionable. Fue porque no estaba segura de si lo que iba a decir era importante para Kristoff.

Kristoff consultó su reloj y la miró fijamente, frunciendo el ceño.

"¿No puedes simplemente dejarlo para después? El juez es una persona estricta con su compromiso de tiempo".

Marianne se estremeció involuntariamente ante su tono rígido. Normalmente, ella sería la que lo despediría con una sonrisa en el rostro, pero hoy ni siquiera se molestó. Si no fuera ahora, su determinación podría colapsar.

Mientras Marianne guardaba silencio con su rostro duro, dejó escapar un breve suspiro antes de que Kristoff hablara rápidamente.

"Te doy tres minutos. Solo sé breve y concisa."

De repente se echó a reír. Fue porque Kirstoff siempre fue así ante todo. Las cejas negras habían sido pulcramente arqueadas ante la risa inesperada de Marianne.

Kristoff miró su sonrisa con ojos de color negro azabache. Su mirada adquirió una luz tenaz, como si pudiera ver a través de los pensamientos de Marianne.

Justo cuando Kristoff movió los labios para decir algo, Marianne fue más rápida que él. Ella respondió mientras caminaba lentamente hacia su escritorio.

"Un minuto es suficiente."

Luego puso los papeles que tenía en sus manos sobre su escritorio. Kristoff miró su reloj y la miró a ella en lugar de a sus papeles. Una pregunta indiferente cruzó el escritorio.

"¿Qué es esto?"

"Son los papeles del divorcio."

"..."

En un instante, Kristoff cerró la boca. La expresión desapareció de su rostro en un instante, como si lo hubieran rociado con agua fría. Originalmente no era una persona con mucha expresión, la diferencia era sutil, pero ñsentía que el ambiente era un poco más frío.

Kristoff, que la había estado mirando sin decir una palabra, de repente dejó escapar un suspiro. Se frotó la frente con una expresión molesta.

Una voz desagradable escapó de los dientes de Kristoff

"¿Qué es lo que estás diciendo, Marianne?"

"Divorciémonos".

Marianne respiró hondo y finalmente pronunció las palabras. En el momento crucial, sus palabras, que pensó que no quedarían atrapadas en su garganta, fluyeron sorprendentemente fácil.

Naturalmente, como si se hubiera practicado durante mucho tiempo.

Tsk.

Kristoff chasqueó la lengua hacia abajo. Miró su reloj de nuevo y tomó la bolsa en su mano. Una voz seca escapó de entre los labios secos.

"¿Es por Verónica? A mí también me entristece la muerte de mi cuñada, pero el caso de su ahogamiento en el río deja claro su suicidio. Revisé los registros de la investigación policial yo mismo y me encontré con su compañera de cuarto en el dormitorio. Según ella, le costó mucho conseguir una ruptura con su amante. No hay duda sobre este caso, Marianne."

Te pido perdónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora