Capítulo 22. Haré todo lo posible para confundirte.

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Jan salivaba mientras murmuraba "Yo tampoco almorcé... " Pero nadie lo escuchó.

Nicolás dirigió su mirada en secreto hacia la atmósfera íntima e incómoda, y Maxim y Florian abrieron los ojos bruscamente como si trataran de pensar que relación tenían.

Ouch.

Marianne inconscientemente se mordió el labio. Su corazón estaba latiendo. Parecía que le estaba haciendo efecto. El alcohol que ingirió se esparció apresuradamente por sus vasos sanguíneos y fue por todo su cuerpo.

De lo contrario, no se habría emocionado tanto. No había forma de que el calor de su cuerpo aumentara así.

"....."

Miró a Kristoff en silencio. Kristoff, quien recibió la mirada resentida, frunció el ceño con una expresión avergonzada. Luego se rascó las puntas de las cejas con el dedo índice.

"¿Odiabas los sándwiches?"

Era una voz insegura. Marianne se llevó el resto de la bebida a la boca en lugar de un sándwich.

"Entonces, ¿cuál es su relación?"

Preguntó Maxim en voz baja, como si mirara a Kristoff. Florian aguzó el oído, fingiendo no estar interesado, y Jan se sobresaltó y dijo: "¿Eh? ¿Qué relación?" preguntó.

"¿Qué tipo de policía eres Jan?"

Mirando a Jan, que no estaba al tanto, Maxim chasqueó la lengua y volvió a mirar a Kristoff. Al escuchar el sermón, Jan frunció los labios con una cara hosca.

Pero Kristoff no tenía intención de responder. En lugar de responder, escaneó la atmósfera desconocida de la tienda con los ojos. Un pub donde los plebeyos que terminaban su trabajo charlaban en voz alta.

"Hmp."

"Vamos, no hagas eso. Jan, ve a buscar más bebidas."

"¿Eh? ¿A mí? Pero la más joven está allá....."

Jan, que había dicho eso y señaló a Marianne, recibió la mirada fría de Kristoff y se levantó en silencio.

Los chismes del inspector sobre los recién llegados y el caso del niño fueron ahogados por las voces ásperas de las personas del pub, por lo que no podían escucharse correctamente.

"Por cierto, no creo que a Kristoff le guste beber."

Florian dijo con voz ronca. No estaba particularmente enojado. Era solo que su tono originalmente era agudo.

"Alcohol."

En lugar de responder, Kristoff miró su vaso. El líquido marrón no disminuyó ni un sorbo.

No es que no le gustara el alcohol. Sin embargo, era solo que odiaba el momento en que la razón desaparecía debido al alcohol.
(NT: si soy, no suelo beber mucho, con solo ver las locuras que hacen mis primas se me pasa 🙂)

Renunciando a escuchar su respuesta, Florian arrebató el vaso de la mano de Jan. Daban y recibían, el alcohol daba vueltas y vueltas de un lado a otro.

Kristoff estaba muy aburrido en ese lugar. Las caras que se ponían rojo brillante, una conversación que olía a alcohol y un fuerte ruido que volaba por todos lados. No era del todo su agrado.

Pero Marianne estaba aquí. Fue la razón por la que él soportaba todo esto. Fue demasiado tarde al darse cuenta que le importaba mucho.

"Idiota."

En ese momento Kristoff escuchó que maldecía en voz baja.

"¿?"

Sintió un gran peso en su brazo izquierdo. Kristoff, que sin darse cuenta había girado la cabeza, se puso rígido.

Te pido perdónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora