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 Aquel país tan pequeño le generaba un extraño tipo de ternura al euroasiático, que lo veía jugar entre los dientes de león mientras portaba una corona de flores que su pareja le hizo, quedando como el rey que era para el ruso.

 Russien miraba curioso cómo Londres y Moscú ensayaban sus coreografías en el césped, practicando una nueva canción. 

 Canadá y Estados Unidos se correteaban entre ellos jugando al "toca y toca", mejor conocido como "las traes", algunas veces rodando por las colinas cercanas a los campos de dientes de león. 

 ¿Rusia? Rusia estaba sentado, observando a su novio juguetear entre todas esas florecillas. Era bonito para él verlo tan contento, incluso si estaba literalmente jugando solo, estaba feliz, después de tanto tratamiento encerrado en una sala de internación. 

 Le gustaban esos momentos, por más pequeños que fuesen.

Eddie, My Love.Where stories live. Discover now