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 Era un beso tras otro, tras otro, tras otro. Los dos se habían guardado todo el amor mientras estaban lejos, así que estaban dándose cariño esa noche, sin llegar a nada sexual.

 Todo seguía así, estando ambos contentos hasta que Canadá llegó, teniendo su peluche pegado a él. La pareja observó con curiosidad al canadiense, que se veía cansado.

 —"My head hurts... [Me duele la cabeza...]"— 

 —"Ow... Come here, Sweetie [Ow... Ven aquí, Cariño]"—

 El de piel rojiza se acercó a su padre, agachándose para que alcanzara su frente, sintiendo el dorso de la mano contraria posarse en esa parte de su cabeza.

 Fácilmente podía saber que tenía fiebre.

 —"Go to bed, I'll bring you paracetamol [Ve a la cama, te traeré paracetamol]"—

 Canadá obedeció, retirándose en lo que su papá buscaba las pastillas

  En cuando su hijo ya estaba dormido con un pañuelo mojado en la cabeza, dejó de cantar la nana y fue a su habitación, viendo cómo el ruso estaba abrazado a su peluche, pues tenía el olor del británico y eso lo relajaba.

—"Russ~?"—      

 —"Mmm?"—

 Se abalanzó al más alto, teniendo un aterrizaje que el otro ni sintió, pero aún así fue abrazado junto al peluche.

 —"Ah!"—

 El de franjas horizontales se movió para estar acostado de lado, dejando al inglés apretado entre sus brazos

 —"Good night, King [Buenas noches, Rey]"—

 —"Mm..."—

 Reino Unido se escondió en el pecho de Rusia, estando calentito allí. El exsoviético le besó ambas mejillas una y otra vez, sintiendo lo calientes y suavecitas que estaban, amaba eso.

 Estaban contentos de poder dormir juntos nuevamente.


Eddie, My Love.Where stories live. Discover now