Capítulo 12

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I noticed the way you look at him.

No podía dormir.

O sea, literal era como si me hubiera tomado una gran tasa de café, me había desvelado completamente a altas horas de la madrugada. Estaba inmóvil en la cama, intentaba pensar en algo para ver si mi cerebro se agotaba y me dormía como a veces, pero nada. Lo único en lo que podía pensar era en el chico acostado a una corta distancia de mí, respirando tranquilo en un profundo sueño. Que envidia.

El saber que estaba tan cerca de mí alteraba mi sistema nervioso por alguna razón aparente. De vez en cuando me giraba para verle, simplemente para encontrarme con su ancha espalda, que contaba con varios tatuajes pequeños y un gran tatuaje de alas en el centro.

Vamos, que tampoco te quejas.

Pues no, la verdad es que no.

Volteé otra vez y seguía en la misma posición, sin embargo, inesperadamente comenzó a moverse y me asusté, pero no me moví. Él se giró hacia mí entre sueños quedando cara a cara conmigo, ni lo suficientemente cerca ni demasiado lejos.

Ahora sí que no iba a poder dormir.

Resignada me levanté con cuidado de no despertarle, salí de la habitación en puntillas y caminé a la sala. Me llevé la sorpresa de encontrarme con un chico pequeño soltando leves sollozos sentado en un mueble, iluminado por las luces del exterior a través del ventanal que en ese momento, tenía las cortinas abiertas.

—¿Corey?

Noté su cuerpo sobresaltarse, se limpió las lágrimas y me miró.

—¿Claire? ¿Qué haces despierta?

—Podría preguntarte lo mismo. De hecho no, iba a hacerlo.

Él largó un suspiro, sus ojos se notaban hinchados, añadiendo el toque maestro de las pequeñas bolsas bajo estos.

—He discutido con Dave —admitió, sollozante.

—Oh, cariño. ¿Qué pasó? Se veían perfectamente bien hace unas horas —me senté a su lado en el otro mueble a juego, preocupada.

—Lo estábamos, sí, hasta que llamó su madre —era evidentemente que no le agradaba nada—. Esa mujer nunca aceptó que su hijo fuera gay, lo echó de casa a los diecisiete años incluso. En los siguientes años lo llamaba solo para pedirle dinero, al parecer se enteró lo bien que le iba con la banda. Esta noche hizo lo mismo y no pude quedarme más callado al ver como lo manipulaba con un falso llanto y palabras bonitas, por lo que le dije unas cuantas verdades. Y él... se enfadó mucho conmigo —volvió a romper en llanto.

—Se arreglarán pronto, ya verás —intenté confortarlo, y para que mentir, se me daba del asco—, ustedes son Cove, están destinados el uno para el otro.

—¿Cove? —frunció el ceño.

—Sí, la unión de sus nombres, Corey más Dave es igual a Cove —le expliqué.

Soltó una risita aún con lágrimas en los ojos que me hizo sentir orgullosa, al menos había logrado hacerle reír un poco.

—Muy original.

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