JongYun estaba en límite permitido para los habitantes del Inframundo, pasando esas rocas la vida humana estaría frente a ella.
Tenía la oportunidad de salir y no volver pero en todo el camino se preguntó si era lo correcto.
¿Estará bien todo si me voy?¿Podré volver a casa sin lastimar a nadie?¿Que será de Krax?¿Jin estará en casa?
No había fin para las preguntas que la abordaban, soltó un último suspiro y camino, tocó las rocas tratando de subir y al llegar a la cima se sentó.
La luz del sol se podía ver tan cerca que la hizo sonreír, saco todas sus preocupaciones sin hablar, ese momento de paz dónde la luz y el aire fresco lograban tocarla débilmente era suficiente para ella.
Después de un tiempo se levantó y bajo las rocas volviendo al Inframundo.
—Gracias...
Krax apareció frente a ella—¿Porque?
—Por no irte...creí que volverías a la tierra.
—¿Estabas espiando?
—No...todos tenemos una conexión con este lugar,sabemos quién entra y quién sale.
—Bueno, planeaba irme...pero no pude hacerlo.
—¿Quieres verlos?
Ella sabía a quienes se refería, sonrió levemente para después negar.
—Si los veo creo que no podría quedarme...voy a mi habitación a prepararme.
El día de la prueba había llegado, a pesar de no tener idea de la dimensión de su poder ni conocer aquel lugar como los que ahí vivan daría todo de su para ganar aquel combate con los semidioses.
JongYun había pasado toda la noche en vela, por mucho que lo intentará no podía conciliar el sueño. Y ahora mientras observaba sus manos sentada en su cama se preguntaba que tan difícil sería. La respuesta era obvia, pelear contra semidioses los cuales eran sus primos no sería para nada fácil, ellos habían entrenado y se prepararon para alguna posible guerra.
Lo importante no era ganar, lo importante era no morir entre sus manos, había elegido una estrategia y esperaba que aquella fuera de mucha ayuda.
Horas después, el momento había llegado, JongYun era llevada de la mano por su padre , este le daba caricias a su mano y con susurros le pedía perdón y que regresará con vida.
Subieron al Olimpo y por última vez Hades y Krax se despidieron de ella.
JongYun paso a un cuarto donde había infinidad de armas y trajes, todo lo necesario para poder defenderse de cualquiera, cubrió su cuerpo con una armadura de piel, un arma blanca y una enorme catana.
Justo cuando iba a salir una bola de cristal apareció en su panorama, se acercó y con curiosidad la tocó, SeokJin, NamJoon, TaeHyung y Jimin aparecieron, eran felices como si nada hubiera pasado como si ellos fueran amigos de la infancia y nunca la hubieran conocido.
El rostro de Jin apareció como si aquella bola escuchará sus deseos. Temerosa acercó su mano a sus mejillas y por un momento sintió su calor en su palma.
—Ganare.... ganaré e iré a verte.
Dijo para después alejarse y quitar las lágrimas de sus ojos y mejillas, tomo el pomo de la puerta y salió.
El cielo sería el lugar destinado a la pelea, camino alerta ante cualquier peligro y por primera vez en muchos días, pidió ayuda.
—Anima bellator, veni huc et mecum laboro, divitias et tuas desideria complebo (Alma guerrera ven aquí y trabaja conmigo, las riquezas y tus deseos los cumpliré)
Un alma apareció frente a ella.
—Ha pasado un largo tiempo Yun.
—Hola MinGi...hoy te necesito.
—Espero que cumplas con lo prometido.
MinGi un guerrero, el primero en las filas de combate, se presento ante JongYun, por esa vez , él tomaría su cuerpo como suyo .
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Cross Roads •||KSJ||•
FanfictionNo paraba de escucharte, mis sueños se volvieron tuyo, ayúdame a encontrar te.