XXXIV- Beverly Hills Wedding

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—No sabía que te diera miedo volar— JongWoon bostezó y luego miró con diversión la forma en la que Kyuhyun miraba el despegue de uno de los aviones a través de la ventana. Lo conocía, estaba nervioso.

—Es que nunca volamos juntos a ningún sitio. 

—¿Entonces soy yo quién te pone nervioso?—Kyuhyun soltó una carcajada mientras negaba con la cabeza. Jong se acercó a él.

—¿Y si se estrella con una montaña? O peor aún, somos víctimas de un— se acercó a susurrar— ataque terrorista. 

JongWoon en lugar de fastidiarse por sus suposiciones, le puso una mano en el hombro para intentar tranquilizarlo. 

—Creo que has estado viendo muchas noticias. Ve el lado bueno, iremos en primera clase, no tendrás que oír niños llorones detrás tuyo, escuchar patadas en tu asiento o señoras molestas que quieran ir al baño todo el tiempo. 

—¿Pero me tocó cerca de ti, cierto?—el pelinegro asintió.

—Sí, Kyu. Estarás justo a lado...  Además dudo que haya muchas personas en ese sitio— la fila no era tan larga, el mundo estaba cruzando una crisis y si alguien viajaba tan lejos, JongWoon dudaba que quisieran gastar mucho. Por fortuna, los dulces siempre eran negocio, y el imperio de Kim's Candies crecía cada año. 
 
—¿Crees que pueda dormir?— A Jong le pareció que la respuesta era bastante obvia, dado que era sumamente temprano, y cualquiera a esas horas estarías durmiendo. 

—Supongo que sí. A no ser que tu cercana entrada a los treinta te haga creer que dormir tres horas ya es demasiado.

—No. ¡Dormiré todo el trayecto!—habló un poco más animado. Esperaron un poco más, y finalmente, abordaron el avión con destino a Los Ángeles. 

[•★•★•★•]

En realidad, aunque había sido un viaje largo, estuvo demasiado tranquilo. Llegaron a Los Ángeles cerca de la media noche, hacía un poco de frío, y en las afueras del aeropuerto, JongWoon reconoció ese distintivo cabello rosa y uniforme de chófer. 

—¡Joan!— gritó al mismo tiempo que aceleraba el paso. Kyuhyun lo siguió con maletas en la mano hasta la chica alta de cabello rosa y mejillas regordetas que les sonrió con amabilidad— ¡Dios mío! Estás tan distinta. 

—¿JongWoon?— cuando el pelinegro abrió los brazos, Joan lo cargó como si fuera una pluma, y le dio algunas vueltas en el aire. Kyuhyun miro aquella escena con sorpresa. Esa chica era la más alta que había visto en su vida. Sus enormes ojos verdes lo miraron con sorpresa—. ¡Oh my god! Y él es...

El castaño se sorprendió cuando escuchó su voz pronunciando su idioma.
—Es Cho Kyuhyun.

—Tu...—JongWoon le indicó con la mirada que por favor, no dijera nada. Joan se quedó con la duda, a pesar de que sabía la respuesta. 

—Es un viejo amigo—corrigió el pelinegro, evitando que su chófer cayera en lo que recordaba. A decir verdad, su familia no se enteró que Kyu y él habían terminado, hasta muchos meses después cuando los llamó para navidad. Dejo en claro que todo había concluido bien y que aún le tenía cariño. 

"Es una lástima, me caía muy bien"— había dicho su madre con cierta melancolía. En tres años, Kyuhyun había cosechado un respetuoso lazo de cariño con ella, al grado de que, tiempo después confesó lo mucho que deseaba que alguien igual a él volviera a aparecer en la vida de su hijo; pues siempre lo había visto y escuchado feliz cuando se trataba de Kyuhyun. 

—Hola, soy Joan. ¿Qué tal estuvo tu viaje?—preguntó con alegría mientras les quitaba a ambos las maletas de las manos y las guardaba detrás de la camioneta—. Eres muy guapo. Y tu sonrisa es preciosa, amigo.

En Todos Mis Sentidos (Kyusung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora