XXXII- Sentimientos nuevos

158 29 41
                                    

El llanto del recién nacido inundó la habitación, JongWoon se sintió extraño. De las pocas cosas que de verdad lo ponían de nervios, era tener que ponerle inyecciones a bebitos que apenas y conocían el seno de su madre. 
Algunos no lloraban, pero otros tantos sí que lo hacían. 
Y nunca faltaba la preocupación maternal y sus preguntas ¿Sabe lo que está haciendo? ¿es necesario? ¿No lo lastimará la aguja? ¿Por qué llora entonces? 
Era muy difícil algunas veces tratar con mamás, sobre todo primerizas. 

El día, o turno, mejor dicho, estaba apunto de terminar. 
Estaba agotado, tenía hambre y aún seguía asqueado por la mujer que llegó a emergencias en obstetricia para retirarle objetos raros que se había colocado ahí hace días. 

JongWoon cerró la puerta y caminó hacia una de las salas de espera que estaba vacía. El hospital estaba llenó, pero normalmente era en otras areas y no tanto donde le correspondía. Por fortuna, todo había terminado, sólo una semana más y podía volver a casa, a relajarse y cuestionarse que rayos haría con su vida ahora. 

¿Se quedaría en Seúl? ¿Volvería a Beverly Hills? ¿Tomaría parte en Kim's Candies o buscaría otras cosas que hacer? 
El mundo tenía tantas cosas que ofrecerle, pero en ese momento sólo deseaba una cosa; dormir. 
Respiró hondo, miro al frente de él la enorme pintura que mostraba el rol de madre desde las antiguas dinastías hasta la actualidad. 

De verdad que el tiempo corría... Parecía ayer cuando estaba en la firma de su inscripción a la universidad preguntándole a Heechul dónde podía encontrar un trabajo y este le respondió que en el almacén de Heejin. Luego lo invitó a quedarse con ellos.

Después de todo ahí seguía... Construyendo su camino.

Suspiró una vez más. De verdad se sentía mal. Estaba cansado, un poco melancólico y con unas enormes ganas de irse a casa.
Escuchó algunos pasos, seguro una enfermera.
O una mujer que necesitaba saber cuando saldría su hijo de la incubadora. 

JongWoon giró hacia la persona, y fue como si el tiempo se congelara.

Sonrió, involuntariamente. Del mismo modo que su melancolía y cansancio desapareció. 
  
—Cuánto tiempo...—dijo el doctor con una sonrisa de lado y una mirada impregnada de ilusión. El atuendo oscuro bajo la impecable bata de color blanco, el gafete que indicaba un mayor rango en el hospital y el cabello castaño peinado como cuando era estudiante. 

—Sólo han pasado dos años—respondió entre risas, de nervios y emoción. JongWoon se puso de pie y caminó hasta quedar frente a él. 

 —Te ves terrible—el pelinegro soltó una carcajada. 

—Gracias. Es justo lo que esperas que un ex te diga—lo señaló y acto seguido golpeó el gafete con sus dedos—. ¿Recién reclutado?

—Suelo estar de paso nada más. ¿Demasiado trabajo?—Jong bufó mientras ponía los ojos en blanco. 

—He visto más vaginas está semana que un camarógrafo de películas porno. 

Cho Kyuhyun soltó una carcajada, el contrario se sintió extraño. Era como si la vida lo estuviera bombardeando con un montón de sentimientos al mismo tiempos. Cansancio, alegría, hartazgo, nostalgia, hambre y sueño. 
En definitiva había uno que sobresalía entre todos ellos... pero si algo había dominado en esos años de carrera, era ser prudente. 

—Sí. Es normal.

—Nunca te había visto por aquí, Cho. ¿Algún bebé necesita ayuda del cardiólogo?—Kyuhyun movió la cabeza. 

—Trabajo algo alejado de este sitio, pero los baños de aquí casualmente no son tan desastrosos como en el otro lado del hospital—explicó tranquilamente, luego acercó su rostro al del pelinegro haciéndo que éste retrocediera un poco—. Sólo venía al baño y terminé encontrándote. 

En Todos Mis Sentidos (Kyusung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora