XXXIII- Destino

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—¡Tierra llamando a Hee!—gritó en cuanto su amigo respondió la llamada.
 
—¡Woon!—le respondió alegremente—. Estaba apunto de irme a recoger mi traje. ¿Qué tal todo ayer? 

—Bastante normal, pero hubo muchos partos, ¿Qué les pasa a las mujeres?—Heechul soltó una carcajada. 

—Amigo, es un hospital gratuito, verás muchos más partos de los que crees.

—Cierto. Pero no te llamo por eso— Jongwoon se emocionó tanto como prepararse por si Heechul pegaba uno de esos gritos revienta oídos.
 
—¿Entonces? ¡JungSoo no olvides tu almuerzo!—. Gritó haciendo que Jong separara de su oreja el celular—. Perdona. ¡Cierto, no llamaste después! Y hasta donde recuerdo tu tenías un jugoso chisme que contarme. 

JongWoon suspiró, se dejó caer en el asiento de su armario y pronunció el núcleo de lo que iba contarle a su mejor amigo. 

—Cho Kyuhyun.

Al contrario de lo esperado. No hubo ningún grito, pero si un gran silencio. 
—Espera... ¿Qué?¿Cho Kyuhyun?  ¡¿Kyu?!—levantó la voz casi tan sorprendido como cuando el pelinegro lo encontró en la sala de espera—. No es cierto. ¿Dónde, cuando y cómo? Con detalles extremadamente completos, por favor— escuchó pasos a través de la llamada y luego la voz de su amigo confirmando que su prometido aún estaba ahí—. No estoy JungSoo, lo que quieras pídeselo a alguien más.

—Vaya forma de tratar a tu prometido.

—El sabe que lo hago con amor—ambos rieron—. Cuéntame.

—Fue a dar una especie de conferencia al hospital durante la tarde.

—Aght y yo aquí tomando cosas que ni siquiera ya puedo pronunciar—escuhó el ruido de las pastillas siendo agitadas en el frasco. Heechul debía seguir con sus medicamentos de forma estricta—. Me habría encantado presenciar su reencuentro. Disculpa—dijo de repente—he estado muy sentimental estas últimas semanas. ¡¿Cómo te sentiste al verlo?!

La última explicación de su amigo sobre su estado de ánimo le hacía comprender el porqué no había gritado. 
También, juntaba el hecho de los recuerdos... lo había visto llorar por semanas cada vez que veía o hacía algo que le recordaba a su relación con Kyuhyun. Tres años se dicen fácilmente, pero para él, Cho había marcado un antes y después en su vida. Reencontrarse no era una daga en el corazón, por extraño que pareciera; sino una luz, y eso era decir mucho sobre lo bien que todo había concluido un par de años atrás. 

—Vamos a desayunar juntos, en dos horas—JongWoon sacó un lindo atuendo y lo acomodó junto a él. Todo estaba bien, excepto porque un sollozo al otro lado del teléfono le hizo detenerse. 

—JongWoon— era extraño que Hee estuviera tan contento por algo ajeno al grado de llorar. Y en el corazón del pelinegro, eso pegaba realmente duro. 
No quería mirar atrás, no quería ver de nuevo esa imagen de ellos dos saliendo del cine y terminando por culpa de sus obligaciones. Tampoco quería recordar esa frase... pero dado el giro tan brusco que su vida había dado en veinticuatro horas, lo mejor de todo era aceptarla con dignidad. 

—Dilo otra vez—cerró sus ojos, sintiendo que en cualquier momento iba a seguirle el llanto a su amigo—. Lo que me dijiste cuando... él y yo terminamos.

—El mismo tiempo que los separó, será el que los vuelva a unir—Jong se limpió los ojos con las mangas de la bata de baño—. Te dije que recordarías mis palabras. Estoy muy feliz. Nunca perdí la esperanza. 

—Hablas como si hubieras regresado oficialmente—rio con nerviosismo.

—Cariño, tendremos casi la misma edad pero tengo mucho más camino en esta vida que tu—dijo su amigo con seguridad—. Yo sé porque digo las cosas. 

En Todos Mis Sentidos (Kyusung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora