Capítulo 19

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Estamos ya en la recta final de esta historia, queda muy poco para el capítulo 22 y tengo ganas de llorar :(

Disfruten de la lectura

Evanna tuvo que guardar su pena y su dolor durante los días venideros. Nadie sabía del vínculo que había construido con Shaw y así debía seguir siendo. Por suerte, estuvo bastante ocupada, entre atender a Galahad y ayudar a Lorna y Alistair en la restauración de la granja, no tenía demasiado tiempo para sus penas.

La granja de Lorna y Alistair había sido saqueada, no habían dejado nada de valor y los enseres más humildes estaban rotos o malogrados. El huerto había quedado destrozado, las porquerizas y el gallinero tenían tablones arrancados y la casa principal necesitaba varias reformas, pues, aunque sus sólidas paredes de piedra habían resistido los ataques de los enemigos, el techo había cedido por algunas zonas. Lo único que se encontraba en condiciones aceptables eran los establos. Había mucho trabajo por delante para que la granja recuperara su aspecto.

Lo primero era rescatar aquello que todavía pudiera ser útil y se encontrase en un estado aceptable y deshacerse de lo que había quedado inservible y de los destrozos que los Campbell habían causado. Toda la familia estaba ayudando a la pareja a reconstruir su hogar, también Effie, Marsali y los niños se encontraban allí.

Todos los niños jugaban, incluso el pequeño Bruce, mientras que algún adulto los vigilaba de que no alcanzaran algún escombro u otro objeto con el que pudiera dañarse mientras que el resto colaboraban en la faena.

-No sé si podremos volver a casa antes de que nazca el bebé. -musitó Lorna desanimada sobando su vientre, que ya se dejaba ver entre la ropa, mientras acomodaba algunas tazas que milagrosamente habían salido ilesas del saqueo.

-La casa necesita una gran reforma. -contestó Beth con pocas esperanzas. -Estaréis en el castillo el tiempo que sea necesario, y me aseguraré de que estéis bien alojados. Sobre todo, si alumbras dos bebés de nuevo, necesitareis más espacio. -continuó observando como su marido y su hermano Alistair trabajaban junto a otros hombres retirando poco a poco el tejado.

-La espera merecerá la pena. -le aseguró Evanna intentando animar a la morena. -Puede que tu propuesta de construir una segunda planta vaya a retrasarlo todo, pero tendréis una casa amplia y cómoda. -comentó empaquetando los enseres en las cajas que serían trasladadas temporalmente al castillo.

-Bueno, Alistair no tuvo otra opción que aceptar cuando le dije que necesitaríamos una casa con más habitaciones o no volvería a tocarme. -rio pícara y las demás las siguieron. -Así que construirá al menos cinco habitaciones más en la planta superior. -se sonrojó.

-¿Cuantos hijos pensáis tener? -dramatizó Beth en un falso escándalo. - ¿Diez? ¿Trece? ¿más?

-Pues supongo que todos los que vengan ¿Cuántos hijos es capaz de parir una mujer en su vida? -las tres volvieron a reír.

-¡Estaré encantada de tener muchos sobrinos! -aseguró Beth.

-Yo también, Beth, porque no creo que Calem se quede con las manos quietas. -la picó. -¡Puede que incluso me superes! -exclamó.

-Antes de que eso pase llegará tu bebé y también la boda de mi hermano el mujeriego con nuestra querida Evanna. -recordó la pelirroja guiñándole el ojo a la rubia.

-Conseguir que Galahad se case sí que ha sido toda una hazaña. -la elogió Lorna.

-En realidad ha sido muy fácil convencerlo con mis dotes de seducción. -bromeó siguiéndoles el juego.

-¿Dónde coloco estas ollas, Lorna? -Marsali se había acercado cargando con varias ollas, interrumpiendo su indecorosa conversación.

-Eso pesa demasiado, Marsali. -le dijo Lorna. - ¡Seamus, ayuda a Marsali a colocar las ollas en el carro! -le gritó al joven que no tardó en acercarse al ver que Marsali estaba allí.

Destino Salvaje | Saga Salvaje IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora