Capítulo 20

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Evanna cuéntale la verdad a Gal antes de que sea peor

No podía estar pasando aquello. ¿Qué hacía Evanna con una prenda del enemigo escondida en su pecho? Galahad se puso tenso, la cólera intentaba apoderarse de él y trataba de contenerla. Porque no podía ser cierto lo que su mente estaba pensando en ese instante, que su preciosa Evanna era una espía de los Campbell, una traidora.

-Galahad.-respondió asustada por su voz.

Se maldecía una y otra vez. Había bajado la guardia ante sus lujuriosas promesas y se había olvidado de que el pañuelo de Shaw seguía en su pecho cómo de costumbre. Ahora su secreto sería descubierto, estaba segura de ello porque el guerrero le exigía una explicación convincente, su fiero rostro se inclinaba sobre ella acusador.

-¿Por qué diablos tienes una prenda de los malditos Campbell en tu poder?-susurró enfadado y temeroso entre sus dientes cómo si alguien más pudiera escucharlo.

-Galahad, no es lo que piensas...-comenzó cautelosa.

-Espero que sea cierto, Evanna, porque no puedo creer que seas una espía del enemigo.-la interrumpió nervioso entre bufidos.-Sabes que la pena por traición es la muerte y yo...yo... ¡No puedo ni imaginar que eso llegara suceder!-tembló de pies a cabeza realmente asustado.-¿Por qué tú maldito pañuelo tiene esos colores?

-¡Por supuesto que no soy una espía!-se asustó al pensar que él pudiera dudar de su palabra.-Esos son los colores de los Campbell pero ese pañuelo no es mío, sino de Shaw.-le aseguró mirándole a los ojos con la verdad.

-¿Shaw?-pronunció lleno de celos.- ¡Condenación! ¿Ese es el nombre de tu amante Campbell?-la tomó de los hombros y la sacudió.

Evanna abrió los ojos cómo platos pero no pudo alcanzar a decir una palabra con el zarandeo contra el colchón.

Galahad estaba rojo de celos, podía soportar que ella fuera una espía Campbell pero que ella lo engañara con otro era totalmente inadmisible.

- ¿Te dejó el pañuelo en las tetas cuando se hartó de metértela?-gritó y el sonoro bofetón lo calló por completo.

-¡Estúpido, bruto, animal!-le espetó dolida.-¿Qué estás insinuando? ¿Qué le entregué al enemigo cómo una ramera? ¿Qué mi amor por ti no vale nada? ¡Debería clavarte un par de flechas!-continuó enfadada.-He estado bajo el yugo de varios hombres, monstruos, no pienso estarlo de nuevo ¿Me oyes?-siseó con rabia.

-¿Qué quieres que piense después de ver los colores de los Campbell y oír el nombre de otro hombre?-masculló.-¡Habla, Evanna!-de nuevo fue callado por otro bofetón.

-¡Deja la desconfianza y los celos! Mi amor por ti es inquebrantable, Galahad, lamentarás esto cuando escuches la verdad.-se jactó.- Porque eso es lo que tendrías que haber hecho escucharme y no interrumpirme dominado por los celos.-sus rostros estaban muy cerca, ambos con gesto tenso, se sostuvieron la mirada el uno al otro durante unos segundos en silencio.- Shaw es un niño que encontré en el bosque, cerca del lago de las hadas.

La expresión de Galahad iba a caballo entre el asombro y la confusión. Evanna suspiró aliviada, al menos la había creído.

-¿Un niño?-repitió, aquello era inaudito.

-De unos tres o cuatro años.-le informó Evanna.

-¿Qué hacía un niño Campbell en nuestras tierras?-nada de eso tenía sentido en la mente del guerrero.

-Lo encontré junto al cadáver de una mujer, Beth dice que sería una prostituta del asentamiento Campbell que atacó el castillo. -él lo miró aún más sorprendido y sintió vergüenza.

Destino Salvaje | Saga Salvaje IVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora