↳𝐎𝟒

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📍 California, Estados Unidos
Angélica.

Creo que pasaron diez minutos cuando la puerta fue abierta de golpe.

— ¿Que haces? —. Preguntó Bill algo estresado.

— ¿Estás bien? —. Bill me agarró y me llevó al baño, me tiró una toalla en la cara.

— Bañate lo más rápido que puedas, tienes que acompañarme a unos premios —. Cerró la puerta y yo me quedé estática en mí lugar.

Ningún "Angélica, ¿Puedes acompañarme a uno premios?" Pero vamos, estamos hablando de este tipo que si dice "por favor" se mata.

Me bañe lo más rápido que pude, enredé la toalla en mí cuerpo y una más pequeña en el pelo.

Vuelvo a la habitación y me encuentro con un vestido de color negro, estaba bonito pero siento queme va a dar hipotermia con esto.

Me lo puse rápido por las dudas de que a Bill se le de por entrar sin avisar ya que no conoce no que es la privacidad.

Ví que en una bolsa había maquillaje, cremas para el rostro, perfume, cepillos y una plancha de pelo.

• • •

Me miré al espejo por quinta vez, y no me sentía cómoda con el vestido, tenía miedo de que se me viera algo que no debía.

— Tranquila Angy, vas a estar bien —. Salí de la habitación y bajé las escaleras.

De casualidad Bill salió del living y me vió.

— Ya era hora, vamos o llegaremos tarde —. Me dió una mirada de cuerpo completo y pude distinguir una sonrisa ladina de su parte.

Bien, ¿Cómo debo de interpretar eso?

Subimos a una especie de limusina y ninguno de los dos dijo algo.

— Si te preguntan, eres mí novia —. Casi que me saco el cuello de lugar cuando lo miré esperando a que me diga que era broma.

— ¿Tú novia? —. Me aguanté las ganas de tirarme encima y partirle la cabeza de un taconazo.

— Creo que tienes problemas para comprender lo que te dicen —. Esta vez me miró irritado.— Si, mí novia —.

— Estás mal de la cabeza si pensas que lo voy a decir, Bill, ¿Te drogaste? —. Miré otra vez por la ventana.

— Ya cállate, eres insoportable, tu voz de ardilla me revienta los tímpanos —. Abrí mí boca indignada.

— Como si tu voz fuera tan linda, me hablas así de noche y me muero del susto —. Escuché un gruñido por su parte.

verdammte Schlampe  —. Respiró hondo para intentar calmarse, tiene serios problemas este chico, me molesta a mí pero si le digo algo a señorita diva le da una crisis nerviosa.

Igualmente creo que si fue mí culpa..

— Perdón —. Hablé algo bajo mirando por la ventana.

— ¿Que? —. Sentí su mirada en mí.

— Perdón —. Esta vez mí voz fue un poco dura.

𝐃𝐄𝐒𝐓𝐑𝐎𝐘 | 𝐁𝐈𝐋𝐋 𝐊𝐀𝐔𝐋𝐈𝐓𝐙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora