↳𝟏𝟗

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📍 Pékin, China

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📍 Pékin, China.
Angélica.

- Bienvenidos a las instalaciones de Los Juegos Olímpicos 2008. Irán recibiendo por equipos y deportes sus pases para acceder a las necesidades que necesiten aquí, también tienen un pase naranja con las que pueden acceder a sus habitaciones, sin más, pueden retirarse -. Ese, era uno de los organizadores que nos explicó lo que debíamos de hacer.

Sinceramente no tomé mucha importancia y seguí a Lison junto al resto.

Mientras nos dirigimos por distintos pasillos no sé si es parte de mí imaginación o escucho como muchas de las deportistas me ven y empiezan a murmurar, camino cabizbaja tratando pasar desapercibida pero ese sentimiento de vergüenza sigue ahí y no se la razón.

Un brazo rodea mí hombro, levanto la vista y es Alexa.

— Angy, acabo de salir de los baños y lo que tengo que decirte es urgente, ven —. Nos separamos del grupo y nos metemos a un baño de discapacitados para luego ponerle tranca a la puerta.

— ¿Que pasa? —. Dejo mí mochila sobre el lavado y la veo a través del espejo.

— Bill, eso pasa. Sabe todo y no esperó a cerrar la puta boca, mira —. Saca su ordenador de la mochila y abre una pestaña de Chrome, específicamente Twitter.

— Qué.. —. Le quito el ordenador y lo dejo sobre el lavado, Bill publico en su cuenta algo que no esperaba.

"Jamas estaría con alguien que toma su vida como juego a base de drogas solo por atención y una medalla sin valor."

— ¿El lo publicó? No, no puede ser cierto, seguro es una cuenta fan —. Cierro la laptop y me alejo, me niego a creer que Bill me traicionó de esa forma.

—Es real —. Sus palabras me traen a la realidad y estoy a nada de desmoronarme en llanto.

— ¿Por qué lo hizo? —. Me pregunto a mí misma en voz alta.— Yo creí que iba a entenderlo, se que dejarlo así no fue lo mejor pero... —. Se me corta la voz y Alexa agarra mí mano.

— Lo esperabas de todos, menos de él, ¿Verdad? —.

— Si. —. Algunas lágrimas rebeldes se escurren por mis mejillas.

La puerta se abre de golpe dejando ver a un grupo de chicas que al verme se ríen.

— Oh, tu debes ser la que salió con el chico de Tokio Hotel, ¿Que tal estás dopadita? —. Alexa se pone frente a mí con un semblante serio.

— Oh, y tu debes ser una de esas perras que pagó para estar aquí, ¿Cómo te fue en la cojida con tu entrenador? Rompe familias —. Alexandra agarra mí brazo y me saca de allí dándole empujones a esas chicas para que se quiten del medio.

— No debías hacer eso, no quiero problemas —. Sorbi mí naríz mientras me pongo la capucha de mí chaqueta.

— Cariño, ya estás en problemas, pero no voy a dejar que te humillen de esa forma, tu me has defendido muchas veces y voy a hacer lo mismo si es necesario, vamos a tu habitación, es mejor que no salgas por el momento —. Mumura lo último y asiento de acuerdo, no creí que esto pasara y menos que se hiciera público, si esas chicas ya lo sabían no quiero imaginar que pasara si alguien más toca el tema.

Una vez en la habitación dejamos nuestros bolsos sobre la cama, yo me acuesto y abrazo una almohada.

Escucho que un celular suena, y saco mí cara de la almohada.

— ¿Quien es? —. Pregunto y ella se pone nerviosa.

— No lo sé, es desconocido —. Yo asentí sin darle importancia hasta que escucho que Alexandra no parece feliz.

— ¿Quien es?... Tú! Dile al puto de tu hermano que si lo llego a ver le meteré el micrófono por el culo, le arruinaron la vida a Angélica, ya verás tú como puede estar en este momento, imbécil —. Cuelga el celular y yo miro el aparato en sus manos.

— Era Tom —. Ella asiente molesta.

— El muy estúpido dice que Bill no publicó esas cosas y que quiere hablar contigo —.

— Déjalo, Bill siempre miente, mintió cuando dijo que cambiaría por mí y me amaría.. —. Vuelvo a esconder mí cara en la almohada cuando siento que quiero llorar otra vez.—

— Angy, dime la verdad, ¿Cómo te sientes? —. La miro por un segundo.

— Nada, estoy bien —. Trato de sonreír, siento que todo esto es mí culpa, si me hacen un análisis de dopaje van a sacar el equipo de competencia.

— Dime la verdad... —.

— Estoy bien. —. Se me cristalizan los ojos y mí vista se hace borrosa.

— Escúchame, no es tu culpa —. Pone su mano en mí rodilla como consuelo.

— ¿Qué? —.

— NO es tú culpa —.

— Lo sé, quiero decir.. —. Se me agita la respiración.

— No, no, escúchame, no es tu culpa —. Me abraza y rompo en llanto.

— No estoy bien, Mí vida va de mal en peor, y ya no se que hacer, no me da la cara para presentarme en el Beijing, no puedo —.

En medio de mí llanto tocan la puerta, Alexandra me suelta y se levanta para abrir, al hacerlo veo que entra..

"Se vienen los finales de este precioso Fanfic"

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"Se vienen los finales de este precioso Fanfic"

𝐃𝐄𝐒𝐓𝐑𝐎𝐘 | 𝐁𝐈𝐋𝐋 𝐊𝐀𝐔𝐋𝐈𝐓𝐙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora