↳𝐎𝟕

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2O:41pm.

📍 California, Estados Unidos
Bill.

Llevo dos malditas horas buscando a Angélica, y la encuentro en un puto antro con su equipo ¿Cómo lo sé? Fácil, contacte a su entrenadora y me lo dijo. El lugar explotaba de gente, y me era imposible dar con ella. Fui hasta la barra y ahí estaba de espaldas a mí tomando sin ningún tipo de preocupación. Mí enojo fue casi instantáneo y le toqué el hombro con algo de brusquedad haciendo que casi tire su botella.

- ¿Que mierda estás haciendo? -. Me mira y sonríe algo perdida, se notaba que estaba al borde de la inconsciencia.

- Ay, no te enojes, dame un besito al menos -. En menos de un segundo sus labios estaban sobre los míos mientras me abrazaba por el cuello,mierda, que bien besa.

Yo por instinto o impulso se lo seguí, puse mí mano en su cintura y la otra en su mejilla, profundizando el beso.

«Sueltala idiota, ¿Quieres hacerle una traqueotomía con tu lengua o qué?»

Al tener ese pensamiento la empujé haciendo que me suelte, ¿Que carajos me pasa?

- No vuelvas a hacer eso, ¿Que carajos haces aquí? -. Pregunté volviendo a mí estado de seriedad.

Angélica volvió a acercarse para abrazarme.

- Angélica -. La llamé intentando que me suelte, parece un maldito koala.

- Que sexy te ves enojado -. Dios, dame paciencia.

- Deja de decir tonterías y vámonos -. Suspiré ya cansado, cuando está borracha se olvida que me odia.

- No, no quiero -. Dejó de abrazarme dispuesta a irse.

Rápidamente agarré su brazo para darla vuelta y cargarla en mí hombro, es la única forma de sacarla de este lugar.

Ya en el estacionamiento comenzó a hablar si parar.

- No quiero irme -. Pataleo un poco y afirme mí agarre para que no se caiga.

- Cállate, no puedes salir sin decirme y menos sola -. La regañe bastante molesto aún sabiendo que Angélica no está en un estado correcto.

- Muy bien, Toxiqueame, pégame, embarazame y déjame que yo te perdono -. Comienza a reírse como loca, no contesté ya que estaba borracha, era mejor ignorarla.

Cuando llegamos a mí auto la dejé sentada en el capo.

- ¿Puedes mantenerte bien? -. Puse mis manos a los costados de ella para evitar cualquier accidente.

Ella asintió y abrí la puerta de copiloto.

- Ven, sube al auto -. Tuve suerte de que me hiciera caso, le puse el cinturón de seguridad y cerré la puerta.

Yo hice lo mismo y encendí el auto, no sin antes llamar a Tom para que se lleve mí camioneta en la que Angélica vino.

• • •

Una vez en la mansión, estaciono y apago el coche.

- ¡Un patito! -. Salió del coche como si hubiera visto a la misma Lana del Rey.

- ¿Que? Angélica, ¡No! -. Salí rápidamente del coche cuando Angélica comenzó a correr hacia el estanque que estaba a unos metros de nosotros.

Ella se acercó por demás a la laguna y yo caso que sufría un infarto por correr.

- Mira, es chiquito -. Señaló a esa cosa..- digo el pato, y se agachó.

- Sal de ahí, si te caes no iré a buscarte -. Señalo el estanque con molestia, es como una niña.

𝐃𝐄𝐒𝐓𝐑𝐎𝐘 | 𝐁𝐈𝐋𝐋 𝐊𝐀𝐔𝐋𝐈𝐓𝐙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora