📍 California, Estados Unidos.
Angélica.Entro a la mansión dando un portazo, volví de una competencia dónde tuve varios errores, sin contar que Lison casi me hace tragar hasta el plástico de la botella de agua donde le encaja droga como si fueran pastillitas dulces.
- Podrías ser más delicada, ¿No? -. Me freno en el tercer escalón y miro hacía mi costado, Bill me miraba desde el comedor mientras merendaba.
- Ay, lo siento -. Le sonrío con falsedad.- ¿Algo más? La concha bien puta de tu madre -. Desaparezco mi sonrisa y subo las escaleras que me faltaban para luego encerrarme en la habitación.
¿Que? No me culpen, estoy demasiado enojada hasta con mi mamá por traerme a esta mierda de mundo sin mi permiso. Créanme que si hubiera sabido que la vida es así de difícil le daría paso al siguiente espermatozoide.
Me saco los patines y lo tiro contra la pared, no me importa que sean nuevos.
- ¡Wow! Cálmate, estás alterada -. Bill entró justo cuando el patín se estampó en la pared de al lado de la puerta, si se corría un poquito más, con suerte y quedaba castrado.
- ¡Estoy calmada! ¿Me ves alterada acaso? -. Pregunto enojada.
- Define que es estar calmada para tí, porque parece todo lo contrario -. Se acerca y me da un pellizco en el brazo.- Ya te dije, a mí me hablas bien, no te atrevas a levantarme la voz -. Su expresión por un momento se tornó seria mientras sostenía mi mentón entre sus dedos para verlo a los ojos.
- No levanté la voz -. Me defiendo y me aparto de Bill pero el pasa sus manos por mi cintura para así quedar pegada a su cuerpo.
Mis manos van a sus hombros para mantener algo de distancia, pero vamos, es inútil, Bill tiene más fuerza que yo.
- Si, lo hiciste, me parte el corazón que te enojes conmigo cuando no eh hecho nada -. Me mira con tristeza fingida.
- Esa cara de 'no rompo ni un plato' no funciona conmigo —. Bill acercó más su cara a la mía, okay, tengo que aprender a no hablar de más si este pelotudo anda en sus días de gato alzado.
— Deja de lastimar mi corazón así —. Habló con voz suave y algo baja.
— ¿Tienes corazón? —.
— ¿Por qué no lo descubres tu misma? —. Toma mi mano derecha entre la suya y la lleva hacia donde está su corazón.
El corazón de Bill por alguna razón latía rápido.
— Ay mira, al parecer si, yo pensé que era un iceberg —. Me burlé, pero por algún motivo este momento fue raro y.... ¿Lindo?.
— Lo era, hasta que tú apareciste Hübsch —. Miro sus ojos.
— Claro, y yo me chupo el dedo, ¿Que carajos te tomaste Bill? ¿Que le pusiste a tu merienda? —. Bill puso los ojos en blanco con clara molestia.
— Por estas cosas no quería una latina, yo intento ser lindo contigo y tú te haces la idiota —. Sonreí mostrando mis dientes.
— Ahora sí. Hola Bill, ¿Cómo estás? —. Volví a burlarme, en un momento siento pena por ser tan burlista.
El no respondió, solo se mantenía ahí, conservando su cercanía conmigo y mirándome a los ojos, de vez en cuando estos bajaban hasta mis labios pero por un lapso de tiempo corto y volvía a verme.
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𝐃𝐄𝐒𝐓𝐑𝐎𝐘 | 𝐁𝐈𝐋𝐋 𝐊𝐀𝐔𝐋𝐈𝐓𝐙
FanfictionLa vida de una patinadora profesional sobre hielo es transformada repentinamente cuando es llevada contra su voluntad por un cantante famoso. Ella es tratada con un sufrimiento y una crueldad innecesarios, y se ve obligada a enfrentar su propia mort...