🪓7: El pozo

160 16 0
                                    

Tenía miedo y era algo innegable, el bosque estaba demasiado oscuro impidiéndome saber lo que me depararía dentro de ese pozo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tenía miedo y era algo innegable, el bosque estaba demasiado oscuro impidiéndome saber lo que me depararía dentro de ese pozo. Veía la luna radiante en lo alto del cielo acompañada por el soplido del viento el cual hacía estremecer mi piel hasta ponerla de gallina, algunas hojas caían de los árboles tan repentinamente que aparentaban ser algún pájaro o incluso algún insecto dispuesto a atacarme.

Y eso era otro tema, podía oír los búhos por cada recóndito rincón del bosque pero no lograba verlos, los insectos volaban buscando algún punto de luz mientras que los mosquitos me rodeaban intentando picarme, las sombras de los árboles a veces tomaban forma humana logrando asustarme. Solo estábamos los cuatro, pero de alguna u otra manera me sentía observado, también pude fijarme en que no había ningún otro caballo como la primera vez, todo estaba desértico.

Daeghel en algún punto colocó sobre mi cuerpo una larga túnica blanca con algunos bordados a modo de decoración, cerró el pequeño cierre que tenía a la altura del pecho y terminó por subir la capucha la cual me tapaba medio rostro.

Lo observé fijándome especialmente en su túnica la cual era diferente a la mía, era negra con bordados dorados, al igual que yo tenía la capucha puesta tapando parte de su rostro, pero además de eso tenía colocada una máscara de zorro la cual no podía ver completa, su hermano Drystan iba igual que él y Matteo como yo.

Como último detalle sacó de uno de sus bolsillos unos guantes blancos de cuero agarrándolos entre sus manos las cuales también estaban cubiertas por guantes pero de color negro. Me los colocó asegurándose de que no se vieran mis manos e inesperadamente se acercó a mi oído logrando envolverme con su calor.

—Se muy respetuoso ahí adentro zuccherino, no quiero verte muerto— me repitió lo que me advirtió durante el camino.

—No abriré la boca hasta que me lo digas.

—No hables con nadie, solo responde cuando te hable un tipo con túnica roja, ese es el jefe ahí adentro.

Asentí con la cabeza y Daeghel aún con la máscara puesta se acercó a mis labios dándome un "beso" apoyé mis labios y sonreí ante su gesto, se me hizo demasiado tierno viniendo de él, cerré los ojos disfrutando plenamente de su cercanía.

Todo había cambiado tanto... los primeros días lo veía como alguien inalcanzable y del que debía olvidarme por mi propio bien, pero la vida me empujó bruscamente hacia él; me pregunté mil veces el motivo por el cual me dejó vivir luego de haber visto aquel dedo mutilado, pero no encontraba ninguna respuesta coherente, supongo que estar aquí era el precio a pagar.

El sonido de la pesada tapa de metal del pozo nos distrajo haciendo que nos separemos, Drystan la había abierto para que pudiéramos entrar, era ahora o nunca, el primero en entrar fué Drystan seguido de Matteo, luego fuíyo y por último Daeghel. La inseguridad me consumía pero con la compañía del rubio me sentía más tranquilo, sabía que no dejaría que me ocurriera nada, o eso quería creer... morir ahí dentro a mis veintiún años sería penoso.

INSANODonde viven las historias. Descúbrelo ahora