Capítulo 4. °Enigmas°

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La noche había terminado de transcurrir con normalidad. Camila y Lauren habían regresado junto con Normani y Dinah después de su excitante encuentro en el estacionamiento del club. 

Habían inventado un par de excusas congruentes para zafarse de las explicaciones innecesarias y miradas acusatorias de parte de sus amigas. Camila, después de una larga e interminable hora había decidido acompañarlas en la pista de baile. Lauren solo sonreía, admirando sus movimientos, extasiada por el alcohol y por su escritora que, sin saberlo, le estaba regalando sus mejores recuerdos. Los mejores de toda su vida. 

Camila era consciente de que, involucrarse con Lauren podría, quizá, ser su perdición. No la veía con ojos de amor, era imposible, pero Camila sabía que Lauren tenía algo que no habían tenido ninguna de sus antiguas conquistas y era su entera atención. Ni siquiera Déborah podía igualar algo como aquello y era extraño y a la vez divertido. No podía ignorar el hecho de que Lauren era una mujer extremadamente sexy y atractiva, sus ojos, su boca, su cabello largo y pronunciado eran razones suficientes para perder la cordura por una mujer como ella y aunque Camila jamás lo admitiría, Lauren estaba convirtiéndose en su nueva obsesión. 

—¡Camila!—Dinah se acercó a ella mientras arrastraba consigo a un chico de cabello largo, alto y ojos azules—. Él es Sebastián, es el hermano de Marco y, quería conocerte. 

Camila sonrió de medio lado dándole una mirada lasciva a Dinah. 

—¿Otro admirador?—le preguntó con sarcasmo, pero Dinah entendió el propósito de su comentario. Lo mismo había hecho con Lauren cuando se emborrachó, pero, a diferencia, Camila no estaba interesada en conocerlo. 

—Oh, no, no. Sebastián solo quiere conocerte, Camila. 

—Mucho gusto, Camila. Te había visto en una revista y pensé que eras guapa, pero, ahora que te veo en persona pienso que la palabra ideal es: perfecta—el chico sonrió ampliamente, pero Camila no y simplemente se limitó a extender su mano hacia él en forma de saludo. 

Luego no sucedió nada relevante. Camila había vuelto a encontrarse con Lauren en el estacionamiento después de su incómodo encuentro con el amigo de Marco, habían compartido unos cuantos besos dentro del auto de Camila y cuando ambas lo creyeron pertinente, Camila accedió a llevar a Lauren a su casa. 

Durante el camino Lauren no dejó de observarla, porque aún tomada pensaba que estar con Camila era irreal. Lauren nunca imaginó que podría tener la oportunidad de conocerla, mucho menos la oportunidad de besarla y tocarla. Si alguien se lo hubiera dicho años atrás posiblemente se habría reído de la situación. 

—¿Por qué si escribes sobre el amor, le huyes?—le preguntó Lauren unos minutos después. 

Camila suspiró pensando en su respuesta. Le habían preguntado eso tantas veces y ella tantas veces la ignoró. 

—Es... complicado, Lauren—contestó a media voz—, y no creo que este sea el momento más adecuado para hablar sobre el amor y más cuando estás en ese estado.

Lauren sonrió.

—Puedo escucharte perfectamente, Camila. Nada me interesaría más que escucharte hablar—fue sincera—, y quiero comprender por qué mi escritora favorita escribe sobre el amor pero huye de él. Eso no es tan normal, señorita Cabello.

—Es un secreto que debes guardarme—dijo Camila riendo suavemente—. No quiero que nadie más se sienta decepcionado de saber que Camila Cabello es una farsa—su sonrisa se borró—. Lo que has leído, Lauren, es lo único que conozco del amor. Jamás he experimentado esa sensación de estar enamorada completamente de una persona—le confesó—. He tenido citas, muchas citas, pero ninguna que durara tanto tiempo como para llegar a enamorarme.

ᴇɴᴛʀᴇ ᴛᴜ ᴄɪᴇʟᴏ ʏ ᴇʟ ᴍÍᴏ || 🄲🄰🄼🅁🄴🄽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora