ᴇɴᴛʀᴇ ᴛᴜ ᴄɪᴇʟᴏ ʏ ᴇʟ ᴍÍᴏ || 🄲🄰🄼🅁🄴🄽

Capítulo 14. [The Morgan Library and Museum]

MANHATTAN, NUEVA YORK

Los ojos marrones de Camila escanearon nuevamente la figura de Lauren frente a ella después de escucharla pronunciar su nombre. Habían pasado meses desde la última vez que escuchó su voz y si era sincera, escucharla había sido un alivio. Lauren seguía viéndose hermosa para sus ojos; su cabello había crecido un poco y Camila admitía encontrarla aún más hermosa, pero sin duda algo había cambiado significativamente en Lauren y era que ya no la veía con síntomas de amor.

Su mirada era fría, opaca y distante, pero Camila le restó importancia. La escritora había escuchado, accidentalmente, una conversación de Normani con Dinah mientras ellas creían que estaba durmiendo después de un cansado viaje, pero Camila despertó poco después para ir por un poco de agua a la cocina y allí fue donde las escuchó hablar.

Recuerdos de Camila:

—Me gusta mucho tu penthouse, mi amor—le dijo Normani a Dinah mientras ella la recibía en sus brazos para colarse entre sus piernas—. Es grande y está bien distribuido. Debió costarte una millonada—Dinah sonrió y Normani suspiró.

—Si fue una gran inversión pero valió totalmente la pena—Dinah ayudó a Normani a sentarse sobre su regazo mientras ambas compartían una copa de vino blanco y hablaban—. Tenemos un lugar que es nuestro y donde podemos tener muchas libertades, chocolatito. Porque esto también es tuyo—Dinah le besó la mejilla con amor—. En realidad esta compra fue por ti, porque quería seguir viéndote y conocerte más y ahora eres mi novia—ambas sonrieron.

—Espero en algún momento tener mi propio lugar—Normani suspiró—. Mi trabajo es muy bueno y hemos hecho muy buenos negocios, pero aún no hemos tenido un contrato millonario—dijo burlona y Dinah rio—. Aunque este nuevo proyecto en Washington es bastante prometedor. El más grande hasta ahora.

—He leído un poco acerca de Keana Issartel—le informó Dinah a Normani quien la vio sorprendida—. Es una empresaria muy reconocida, mi amor. No solo tiene hoteles en Nueva York si no también en Latinoamérica y Europa—Normani asintió sabiendo esa información porque Lauren se lo había contado el mismo día que llegó la propuesta de trabajo a sus manos—. Lo que quiero decirte es que, pudo haber contratado a cualquiera y las escogió a ustedes porque ve un potencial sumamente increíble en su trabajo—la animó—. Y estoy segura que no encontrará a mejores arquitectas para llevar a cabo su hotel. Será increíble. 

—Lauren y yo estamos muy emocionadas con esta nueva oportunidad porque pensamos que nos abrirá a grandes oportunidades más adelante—le comentó Normani con cierta ilusión en su voz—. Ciertamente hemos realizado buenos trabajos pero nada como este hotel que está en planes. Aunque Lauren tiene su fanaticada porque cuando íbamos a observar algunos posibles terrenos siempre las mujeres terminaban obsesionándose—soltó una risita y Dinah rio con ella—. Y debo decir que a veces ni siquiera nos necesitaban porque el trabajo era muy bueno, pero, necesitaban "el visto bueno" de Lauren y su colega.

—Las chicas te adoran—Normani rodó los ojos y Dinah suspiró riendo mientras le pasaba su copa de vino—. A Lauren también. No comprendo el motivo de su soltería cuando es una mujer hermosa, y tiene sueños y metas.

—Porque Lauren idealiza mucho el concepto del amor—le dijo Normani—. O lo idealizaba. Desde que regresó de Miami ha salido con tantas mujeres que he perdido la cuenta—Dinah asintió—. Sé por qué lo hace pero tener citas y encuentros y todo eso con distintas mujeres no hará que cambie su realidad.

—Pero me dijiste que está saliendo con Keana—dijo Dinah con un deje de inseguridad. Normani suspiró tomando vino de su copa.

—Han tenido citas y esas cosas, pero, no sé qué tan serio sea esto para ella—le dijo—. No quiero que por mezclar una cosa con otra termine estropeando esta oportunidad tan grande que tenemos con Keana Issartel. Ella es una mujer bastante... Seria con sus negocios y no quiero que nos vea como unas arquitectas inexpertas que son incapaces de separar lo personal con lo laboral—Normani suspiró—, pero, conozco a Lauren y por esa razón, de cierta forma me preocupa.