Capítulo 7. °El Efecto: Camila°

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Una semana había pasado desde que Camila había llegado a Miami.

—¿Se puede?—escuchó la escritora que alguien preguntaba desde la puerta de la habitación que sus padres habían preparado para ella. Camila hizo un gesto con la mano invitándole a seguir mientras seguía releyendo sin despegar la vista de aquel libro—. Tu madre me ha dicho que no has salido de tu habitación desde ayer en la cena. Está preocupada por ti, Camila. Estás más delgada y tus ojeras...—Camila lo interrumpió.

—No necesito sermones, papá. Estoy bien—dijo sin verlo—. Como lo necesario. Necesito mantenerme en forma puesto que esta es mi imagen. Las ojeras con un poco de maquillaje puedo disimularlas—el padre de Camila respiró hondo al escucharla—. Mi madre solo está exagerando un poco la situación.

—¿De verdad crees que está exagerando, Camila?—le preguntó—. Desde que llegaste a Miami lo único que has hecho es estar encerrada en tu habitación. Con mucho amor te organizamos una cena con tus amigos más preciados y tú simplemente no llegaste, Camila. Estuvimos esperándote todos juntos y tú solo decidiste no aparecer—Camila suspiró—. Esta vez no vengo a hablar por tu madre, esta vez vengo a hablar contigo como padre y necesito que me digas qué es lo que te está sucediendo—Camila lo vio—. Tu amas estar aquí y ahora parece que estuvieras por obligación—dijo cabizbajo—. Si no quieres venir a visitarnos sabes que no es necesario, Camila. Nosotros entendemos que tú tengas tu vida y que quieras estar lejos.

Camila cerró el libro y vio a su padre.

—No es lo que crees—fue lo primero que dijo—. No es lo que tú o mamá creen, realmente—Camila respiró hondo mientras buscaba las palabras correctas para hablar con su padre—. Han sido unos meses difíciles. El tema de la gira promocional de mi nuevo libro es algo que sin duda me está afectando un poco pero no es para tanto. Solo necesitaba mi tiempo para conectarme conmigo misma y mis emociones, padre.

—Pero sabes que nosotros estamos aquí. Que podemos ayudarte en lo que necesites.

—Lo sé, y sabes que se los agradezco mucho, pero, no quiero incluirlos en esto. Ustedes tienen demasiado trabajo con el periódico como para también tener que cargar con mis responsabilidades—ambos se vieron—. Puedo hacerlo sola, padre—Camila sonrió poniendo una mano sobre su mejilla de manera afectuosa—. Estoy feliz de estar aquí con ustedes. Quizá mis acciones le hagan creer lo contrario pero estoy siendo sincera esta vez y no sabes lo mucho que los echaba de menos.

—Sabemos que tu trabajo es demandante, Cami, pero no queremos que te consumas dentro de él. No queremos que seas la sombra de tu trabajo. Necesitas tu tiempo.

—Lo tengo. He pospuesto el proyecto más de una vez, papá. Pero Frederick cree que este es el momento ideal para lanzar mi libro. Han sido pacientes y yo agradezco que estén allí después de todo. En tres meses estaremos haciendo una gira por todo el mundo y será la última de este año—le informó la escritora—. Planeo irme de viaje.

El padre de Camila asintió.

—¿Con Dinah?—le preguntó.

—Dinah está en Nueva York, papá. Está saliendo con alguien—Alejandro abrió los ojos. Hasta entonces, no le había conocido ni siquiera algún prospecto romántico a Dinah. Camila sonrió al ver su expresión.

—¿Es... Un chico?

—Es una chica.

—Siempre pensé que cuando Dinah quisiera formalizar alguna relación lo haría con un chico—Camila negó riendo ligeramente—. Ha tenido malas experiencias con las mujeres.

—Normani es una buena chica—dijo Camila mostrándole una fotografía de Dinah junto a Normani. Una fotografía que Dinah le había enviado a Camila dos días atrás mientras le contaba sobre la grandiosa primera cita que habían tenido. Dinah se había leído muy feliz y eso alegraba el corazón de la escritora—. Y creo que Dinah también tiene buenas intenciones con ella. Solo espero que las cosas sigan funcionando entre ellas después de la gira. Serán tres largos meses de mucho trabajo y no sé si Dinah o Normani puedan soportarlo.

ᴇɴᴛʀᴇ ᴛᴜ ᴄɪᴇʟᴏ ʏ ᴇʟ ᴍÍᴏ || 🄲🄰🄼🅁🄴🄽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora