Los amaneceres nunca habían sido tan significativos para Lauren como esa mañana. Ella era un alma nocturna, nostálgica, que adoraba la noche en todo su esplendor. No había lugar en el mundo donde la noche no fuera considerada mágica después de regalarles esos hermosos atardeceres con la puesta de sol. Lauren apenas podía describir la felicidad latente que estaba empezando a sentir cuando se descubrió envuelta entre los brazos de su amada escritora. De su Camila.
La ojiverde abrió los ojos completamente permitiéndose apreciar cada facción del rostro de la escritora. Sus ojos cerrados, mostrando esas largas pestañas y sus labios carnosos, semi abiertos que soltaban ligeros suspiros y aquella melena que le cubría cierta parte del rostro. Era guapísima, pensó Lauren sin dejar de detallarla. Camila era, es, todo lo que alguna vez Lauren deseó en su vida.
Cuando conoció a su exnovia, lo había hecho en una fiesta a la cual Normani había insistido en llevarla. Lauren la había visto desde que entró y, aunque la mayoría de las personas consideraban que Lauren era una mujer condenadamente guapa, aún ella se sentía insegura de lo que podía provocar en otras personas. No le tomó importancia al genuino interés de acercarse a aquella chica y conocerla. No era mucho lo que podía hacer porque no tenía el valor suficiente de llegar a donde estaba aquella hermosa mujer y presentarse. Le atraía, le gustaba, pero solo quedaría allí, hasta después de unos meses que volvieron a coincidir en otra fiesta y Lauren, a través del alcohol, tomó la valentía de acercarse.
Lucy y Lauren se habían enamorado profundamente y habían vivido tres años de relación donde nunca hubo problemas, nunca hubo secretos. Había sido una relación envidiable porque ambas veían el amor desde la misma perspectiva. Cuando la carrera terminó, ambas decidieron ponerle fin a su noviazgo. No hubo palabras de rencor, no hubo incomodidad, solo hubo agradecimientos por parte de ambas. Lucy había decidido irse de la ciudad apenas terminara la carrera y era algo que Lauren siempre supo desde el comienzo.
La ojiverde lo supo desde el principio, sin embargo, no fue un motivo de peso para privarse de vivir un amor como el que vivió con Lucy. Fue hermoso, sí, pero no fue intenso. No como el amor que estaba empezando a sentir por Camila, aunque ese amor no era genuinamente correspondido. Lucy y Camila eran distintas. Comenzando por su físico y terminando en sus personalidades. Lucy, a quién Lauren conoció por tres años, era una mujer familiar, apasionada, entregada. No tenía miedo de enamorarse ni de amar con intensidad porque sabía que era lo único que tenía después de todo. No era una mujer materialista; pero tenía muchísimos sueños y proyectos a futuro. Uno de sus más grandes proyectos era construir un hotel turístico vacacional.
Lucy siempre integró a Lauren en sus planes y aunque esta última al final decidiera no hacer parte del trabajo le deseó el mayor éxito posible. Lucy persiguió sus sueños, se fue de la ciudad a volver realidad eso de lo que tanto le habló a Lauren durante su relación.
Pero, ahora estaba Camila. Ella era diferente. La sensualidad que emanaba la escritora era pura. Lauren siempre se había sentido atraída hacia ella. Le encantaba la feminidad que siempre resaltaba en ella, en cualquier lugar, en cualquier entrevista e incluso en las fotografías. Era una mujer condenadamente hermosa que no podía pasar desapercibida y, aunque Camila no fuera escritora, igualmente Lauren se fijaría en ella. Para sus ojos verdes Camila era el complemento que le faltaba a su vida, aunque siempre sintió que las cosas estaban sucediendo demasiado rápido. Con Lucy no había sido así.
De todos los escenarios que imaginó vivir por su mente jamás pasó a estar compartiendo la cama con Camila en la casa de sus padres. No de una forma tan literal, pero la estaban compartiendo. Lauren, a su lado, podía sentir la suave respiración de su escritora mientras dormía. Camila tenía su rostro tranquilo, sin ninguna expresión, como si estuviera durmiendo en paz después de mucho tiempo. Lauren se sonrió al verla removerse un poco y pasar su brazo por el estómago de la ojiverde. Inconscientemente, Lauren dejó un beso en su frente y luego en su mejilla para verla nuevamente con fijación. Solo suspiraba mientras la veía, se veía tan tranquila, tan indefensa que el deseo de cuidarla para siempre se había hecho latente.
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ᴇɴᴛʀᴇ ᴛᴜ ᴄɪᴇʟᴏ ʏ ᴇʟ ᴍÍᴏ || 🄲🄰🄼🅁🄴🄽
Hayran KurguLauren siempre había amado a Camila. Camila solo amaba su cuerpo, sus besos, sus caricias. seguir leyendo y no olvides darle like para saber que te está gustando! ;)