Capítulo 8. °Memories°

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NARRA LAUREN

Había tomado la decisión de viajar a Miami para buscar a Camila y pedirle que me diera otra oportunidad y poder enmendar mi error. Sabía que, quizá, Camila no estuviera dispuesta a verme nuevamente. Nuestra última conversación no terminó muy bien pero muy dentro de mi sentía que debía hacerlo. Gracias a las palabras de Normani recogí el valor necesario para poder verlo desde otra perspectiva y terminar aceptando lo que ya sabía y me negaba a ver.

Siempre fui una persona completamente cerrada en cuanto a sus emociones. Desde muy chica me costaba socializar con los demás por el enorme miedo de verme estúpida delante de los demás. Mi capacidad para hacer amigos es nula y gracias a Normani he podido aprender un poco a hacerlo. Fui de pocos amigos y mi única relación terminó hace años. Me había refugiado en los libros y en mi trabajo mientras la vida seguía pasando.

Fue una temporada difícil en la que conocí a Camila como escritora. Había leído alguno de los fragmentos de sus libros en mis redes sociales, sin pretenderlo o sin buscarlo. Me interesó todo lo que esa escritora tenía para decirle al mundo. Sus letras eran sublimes y su cálido tacto al tocar temas dolorosos hacían que sintiera una fascinación especial por la escritora.

Por esa razón, tenía tanto que hacer. Camila en cuestión de poco tiempo se había ganado mi corazón. Aún más, porque sin conocerla, ya lo tenía. Para mí era especial. No sé si estoy obsesionada con esa mujer o toda su aura me nublo la capacidad de razonar, pero, es algo que me debo. Solamente yo sé lo que es vivir sintiendo esto tan fuerte por alguien con quien solo has compartido unas cuantas conversaciones, algunos besos y escasos momentos. No quería ser presuntuosa, pero, era más. Otros no habían logrado llegar a tanto con Camila y esto no se trataba de una competencia. Se trataba de mi enorme deseo de verla nuevamente y besarla con la misma intensidad de mil soles.

Nunca me había considerado una mujer desesperada pero justo ahora estaba sintiendo el más grande desespero por llegar a Miami y buscarla. No era un trabajo fácil puesto que, no conocía la ciudad. Solo lo básico, los lugares más emblemáticos y ya. Tampoco había salido de Nueva York en muchos años. Recordando la conversación que tuve con Dinah momentos antes de abordar el avión pensé en lo mucho que me había afectado saber que existía la posibilidad de que Camila en algún momento decidiera darse la oportunidad de conocer a alguien y que yo no estuviera ahí.

En el momento que Dinah se enteró por Normani que buscaría a Camila corrió hacia nuestro departamento. No sabía con exactitud si estaba feliz o estaba enojada. Mientras me hablaba no sabía si quería golpearme o abrazarme pero gracias a Mani se pudo controlar y tuvimos una conversación amena. Dinah no me dijo nada que ya no supiera, pero sí reforzó mi seguridad en cuanto a mis sentimientos por Camila.

HORAS ATRÁS, DEPARTAMENTO L&M

—No sé si prefiero darte un abrazo o lanzarte mi zapato de tacón fino—le dijo Dinah a Lauren después de que ella le hablara de su idea del viaje. Lauren le había explicado lo que haría y que solo buscria una nueva oportunidad con la escritora pero que para eso necesitaba la dirección de su casa—, y no estoy segura, Lauren. Camila podría odiarme si se entera que fui yo quien te dio la dirección de su casa. Ella siempre ha sido muy cuidadosa con esas cosas y no quiero que ya sabes, piense que estoy de tu lado.

Lauren la vio un poco tajante y a su vez ceñuda.

—Pero, ¿estás conmigo, no?

Dinah suspiró.

—Sí—respondió con firmeza mientras veía a Lauren empacar su ropa en una pequeña maleta de mano. Normani hizo acto de presencia con tres copas de vino. La más morena le sonrió y luego dejó un beso corto en sus labios. Beso que hizo que Dinah cerrara los ojos y suspirara sintiéndose adormecida por los efectos de Normani.

ᴇɴᴛʀᴇ ᴛᴜ ᴄɪᴇʟᴏ ʏ ᴇʟ ᴍÍᴏ || 🄲🄰🄼🅁🄴🄽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora