JERO:
Así que Rom había regresado. Romina, ya no era Rom. Es Romina.
Haciéndome el duro. Eso es.
Cuando todo ocurrió y deje de verla. Me deshice de todo lo que me recordaba a ella. Desde los listones o broches en forma de estrella con los que siempre andaba peinada hasta los juguetes que había dejado en mi casa, de las cartas, dibujos, los plumones que usaba para pintar, las fotografías, las hojas repletas de las notas de sus canciones del piano. Absolutamente todo lo que hacía pensar en mi Rom y en cómo ya no la veía. Pues, Romina se había ido junto con todos los momentos que pasamos juntos. Y ahora no puedo evitar preguntarme hasta qué punto ha sido sincera de verdad. Cada vez que la veo es tan extraño para mí, quiero tocarla para cerciorarme de que en verdad es real, y no uno de los tantos sueños que he tenido en los que se me aparecía cuando menos lo esperaba.
Hasta hace unos días pensaba y hasta podría asegurar que Romina era una chica de lo más previsible, que la podía descifrar con sólo una mirada y molestarla con un par de comentarios. Pero después de ver lo que me dijo, cómo se comporta, he comprendido que había estado muy equivocado porque ella tenía razón, pero yo no lo había visto hasta ese momento: ella ya no es la misma.
En realidad, es bastante simple... Para bien o para mal, la vida va pasando y todos vamos avanzando. Y ahora lo que me queda de ella son solo memorias, pero una parte de mí se ha quedado con ella, disfrutando, divirtiéndose y creciendo al lado de quien era mi mejor amiga. Y la parte realista.... Ya ha pensado en las cientos de cosas que quiero echarle en cara, las miles de cosas que se me podrían salir de la boca. Pero no me puedo dejar llevar por la rabia porque esa chica no lleva en mi vida ni una semana y ya he intuido que no me va a causar más que problemas, y aunque así fuera, sigue siendo Romina.
Estos últimos días han sido bastante pesados con la universidad; los trabajos y prácticas que tengo que realizar, y encima están las clases seguidas y cursos que estoy tomando. Hoy he pasado el día completo de clase en clase, para después asistir a una junta del trabajo. Pero gracias a las tentaciones de las chicas llevo varios días pasándomelo fenomenal, pero sin dormir bien; por lo que francamente estoy muerto de cansancio y lo único que quiero es meterme a la cama y dormir, aunque sea un rato para recuperarme para otra ronda de asalto con Renata, mi amiga especial.
Nuevamente estoy pensando en Romina, quien últimamente pasa demasiado tiempo en mi cabeza, lo quiera o no. Reflexionando sobre la última vez que nos vimos. Al instante en que yo mismo había recapitulado todo lo que le he dicho, supe que había hecho algo malo. Quizá fui un poco cabrón... bueno bastante. Se suponía que debía de respetar que ella no quiera hablar sobre lo que sea que haya pasado, pero no pude evitarlo.
Cuando hago la cuenta del tiempo hacia atrás, Romina se detenía ante ese brillo que reflejaban sus ganas de decir lo que en verdad pensaba, y en la fiesta pude ver que al menos cuando pelea conmigo me responde y reta con la misma intensidad que yo; y en esos momentos deja de ser la chica que todos esperan para poder ser ella misma y vaya que quiero conocerla. Después de nuestra conversación un poco incómoda, me mantuve lejos de ella, aunque lo suficientemente cerca para poder vigilar que estaba a salvo, que por ser una cara nueva ellos no se le acercaran ofreciéndole algo y nada de eso sucedió, lo que me dejó bastante tranquilo.
Tras cuarenta minutos, estoy entrando a mi casa cuando me detengo en seco. ¡¿Qué sigue haciendo aquí mi mamá?! Están todos juntos, fingiendo que somos la familia feliz. Fingiendo que no estamos llenos de grietas y todo porque desde hace años ella había roto todo lo que una vez formamos por abandonarnos para irse con otro y sin sentir ningún tipo de remordimiento al hacerlo. Y verla marchar sin mirar atrás, aun cuando ya tenía quince años, había sido de lo más duro porque ella nos había abandonado y al final de todo, seguía siendo mi madre.
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Los secretos que escondemos
RomanceRomina Rodríguez tiene prácticamente todo bajo control o al menos, eso es lo que cree... Pero, ¿todo seguirá igual después de regresar a ese lugar al que sigue anclada? ¿Su vida se tambaleará? ¿Qué sentirá al volver a verlo? Quien siempre ha cons...