6: Sorpresa

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🏰

Maxwell

No podía dormir.

Escuché pasos salir de la habitación de enfrente, la de Caleb.

Me levanté de la cama y me puse mis zapatos rápidamente.

Estoy cansado de que me oculte las cosas, por eso estaba esperando el momento justo para seguirlo.

Salgo de la habitación con cuidado de que no me escuchen los pasos y se vea mi sombra. Caleb abre la puerta principal del palacio y sale, espero unos minutos antes de repetir su movimiento.

Siento la frescura de la noche en mi cara y cuerpo, erizando los vellos. Veo mi reloj de muñeca después de entrar a mi vehículo, falta media hora para que sea medianoche. Me tengo que apurar.

Pongo en marcha el vehículo por el camino que vi ir a mi hermano.

<<El camino se hace eterno cuando no tienes paciencia>>

Eso me solía decir mi padre.

Tal cual.

No se cuanto pasa conduciendo hasta que se detiene en la entrada del bosque. ¿El Bosque? ¿Que tendría que hacer aquí que fuera tan importante para hacerlo en el medio de la noche? ¿Será un asesino serial? ¿O...simplemente uno de nosotros? ¿Una Criatura sobrenatural? Miles de posibilidades me vuelan la cabeza, cuando lo veo bajarse, repito la acción.

Miro mi reloj.

Diez minutos.

Tendré que seguirlo y después perderme por el bosque.

Logró ver que algo brilla en su cuello, puedo ver la luz amarilla desde aquí. ¿Por qué y Para qué lo hará? Caleb tendrá que responder todas mis preguntas cuando descubra sus andanzas.

Entro al bosque a unos pasos lejos de él, cuando llega al interior del bosque se detiene, logro ver a más personas, me escondo detrás de un árbol. Hay dos hombres más que parecen de la misma edad que mi hermano, y una mujer que parece tener la misma edad que Sabina.

Dejan los grandes bolsos negros en el suelo para después comenzar a abrirlos. De éstos sacan estacas, cuchillos, espadas, entre otros. Escondiendo cada cosa en alguna parte de su cuerpo.

—¿De qué se trata hoy?

Pregunta la chica rubia mirando a mi hermano como si fuese el líder.

Caleb sonríe.

—Mis favoritos.

Ella alza las cejas.

—¿Vampiros?

—Exactamente.

Comienzan a caminar hacia un lado del bosque del que nunca había ido. Fui siguiéndolos con sigilo mientras miraba mi reloj. Faltaban sólo quince minutos para la medianoche.

Debo irme de aquí, después le haré mis preguntas a Caleb.

Parece como si fuese una secta de asesinos, eufóricos y sedientos de sangre.

Pero nada es lo que parece, me decido en dejarlos de seguir cuando siento más pasos acercarse. Mi corazón retumba en mi pecho pero no me dejo intimidar, al avanzar hacía otro árbol pude ver como las sombras y pasos que había escuchado antes no eran de ellos.

Una ronda de chicos y chicas vestidos de negro y con unos colmillos enormes aparecieron. Mi hermano fue rápido formando una cruz con sus estacas, mientras que la rubia disparaba con una pistola, pero no llevaba balas.

Era agua, agua bendita.

Sus rostros comenzaron a quemarse como en toda la piel que tocaba aquella agua. Otro chico que estaba con ellos, comenzó a pelear con los otros vampiros que quedaban sin ser derrotados.

Al final de la pelea, el chico pelirrojo le encajó una estaca en el corazón a los dos. Todos los vampiros gimieron y se retorcieron de dolor antes de caer rendidos en el suelo de aquel bosque.

Miro mi reloj, un minuto.

Comienzo a correr hacia el lado contrario lo más rápido que puedo sin importarme que me escuchen los pasos. Debo estar lejos de Caleb cuando me convierta, no puedo dejar que vea la bestia que es en realidad su hermano favorito.

Y después de haber pensado alguna vez que aquel collar que llevaba solo era una reliquia familiar que mi abuela le había dado antes de morir.

Me siento ingenuo de solo pensar que solo era un collar común.

En realidad todo este tiempo era un amuleto que brilla cada vez que hay criaturas sobrenaturales cerca o afuera. Caleb pensó que había comenzado a brillar porque debía matar a aquellos vampiros. Pero no era así, el collar había brillado porque yo había estado cerca de él.

Sonreí al ver la luna.

Él nunca se le había pasado por la cabeza que podía haber brillado por mi causa.

Después de todo, nunca terminamos de conocer a las personas, pero mi hermano pensaba lo contrario. Creía conocer hasta las personas que no compartían su sangre, como Sabina. Siendo que no conoce ni a su propio hermano del todo.

Bueno, parece que todos escondemos secretos...

Estamos a mano, él no me había contado que era un cazador.

Un cazador de criaturas sobrenaturales.

Atracción Prohibida ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora